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Mente, Carácter y Personalidad 2
La ficción crea un mundo imaginario
Algunos se han dedicado tanto a la lectura de novelas y cuentos
que viven en un mundo imaginario. La influencia de este tipo de
lectura perjudica tanto a la mente como al cuerpo; debilita el intelecto
e impone una terrible carga sobre la fuerza física. A veces apenas
podría considerarse que su mente está sana, por la imaginación se
ha descontrolado y ha enfermado por causa de la lectura de historias
ficticias. La mente debe disciplinarse de tal manera que todas sus
facultades se desarrollen simétricamente [...].
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Si constantemente se alimenta con exceso la imaginación, y se
la estimula mediante las ficciones, no tarda en volverse tiránica, en
dominar todas las otras facultades de la mente, tornar caprichoso el
gusto y pervertir las tendencias.—
Joyas de los Testimonios 1:570,
571 (1881)
.
La lectura afecta el cerebro
Conozco personalmente a algunos que han perdido el tono sa-
ludable de la mente como consecuencia de los malos hábitos de
lectura. Pasan por la vida con una imaginación enfermiza, magnifi-
cando la más pequeña ofensa. Cosas que una mente sana y sensata no
tomaría en cuenta, se convierten para ellos en pruebas insoportables
e insuperables obstáculos. Sus vidas transcurren bajo una sombra
constante.—
Christian Temperance and Bible Hygiene, 124 (1890)
;
Fundamentals of Christian Education, 162, 163
.
Lo que vemos puede corromper la imaginación
Esta es una época cuando la corrupción se encuentra en todas
partes. Lo que se contempla y se lee fomenta la concupiscencia de
los ojos y las pasiones corrompidas. El corazón se deprava por medio
de la imaginación. La mente se complace en contemplar escenas
que despiertan las más bajas pasiones. Esas viles imágenes, vistas
a través de una imaginación contaminada, corrompen la moral y
preparan a esos seres engañados e infatuados para que den rienda
suelta a su concupiscencia. A ello siguen pecados y crímenes que
rebajan a seres formados a imagen de Dios hasta ponerlos al nivel
de las bestias, hundiéndolos finalmente en la perdición.