Los hábitos
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Cuando nos oponemos a los malos hábitos, estos ofrecen la
más vigorosa resistencia; pero si la lucha prosigue con energía y
perseverancia, es posible vencerlos.—
Testimonies for the Church
4:655 (1881)
.
La gracia de Cristo quebranta los malos hábitos
Los seres humanos necesitan aprender que no pueden poseer en
su plenitud las bendiciones de la obediencia, sino cuando reciben la
gracia de Cristo. Esta es la que capacita al hombre para obedecer las
leyes de Dios y para liberarse de la esclavitud de los malos hábitos.
Es el único poder que puede hacerlo firme en el buen camino y
ayudarlo a permanecer en él.—
El Ministerio de Curación, 78 (1905)
.
[244]
Por medio del poder de Cristo, los hombres y las mujeres han
quebrantado las cadenas de los hábitos pecaminosos. Han renuncia-
do al egoísmo. El profano se transforma en reverente, el borracho
en sobrio, el libertino en puro. Las almas que reflejaban la imagen
de Satanás han llegado a transformarse a la imagen de Dios.—
Los
Hechos de los Apóstoles, 392 (1911)
.
Pensamientos y actos correctos pueden convertirse en hábitos
La única seguridad para el alma consiste en pensar bien, pues
acerca del hombre se nos dice: “Cuáles son sus pensamientos ínti-
mos, tal es él”.
Proverbios 23:7
. El poder del dominio propio aumen-
ta a través del ejercicio. Lo que al principio parece difícil, se vuelve
fácil con la práctica, hasta que los buenos pensamientos y acciones
llegan a ser habituales.—
El Ministerio de Curación, 392 (1905)
.
[245]