Las dudas
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el cristiano, por su incredulidad, presenta en su vida la religión bajo
este aspecto, secunda la falsedad de Satanás.—
El Camino a Cristo,
117 (1892)
.
Cierre la puerta de su corazón a las dudas
Cuando venga el diablo con sus dudas y sus incredulidades, cie-
rre la puerta de su corazón. Cierre los ojos para no ver su sombra
infernal. Levántelos para que puedan contemplar las cosas eternas,
tendrá fortaleza en todo momento. La prueba de su fe es mucho más
preciosa que el oro [...] le da valor para librar la batalla del Señor,
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“porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra princi-
pados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de
este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes”.
Efesios 6:12
.
Satanás reclama el mundo como suyo. Pretende que sea suyo.
Entonces, ¿le daremos lo que reclama? No. Yo soy propiedad de
otro. He sido comprada por precio, y mi tarea consiste en glorificar
a Dios en mi cuerpo y en mi espíritu. No tengo tiempo para hablar
acerca de la incredulidad. Debo hablar acerca de la fe. Tengo que
fortalecer la fe por medio del ejercicio. Y entonces mi fe crecerá a
medida que me aventure basándome en las promesas de Dios, y así
puedo abarcar cada vez más.
Bendito, bendito Jesús. Lo amo porque es mi consuelo, mi espe-
ranza, mi oportunidad y mi recurso. No solo para mí sino también
para usted como persona. Quiero que usted se considere propie-
dad de él. Ponga su rostro como pedernal y oriéntelo en dirección
al monte de Sion. Decida que allí hay un tesoro que usted puede
conseguir.—
Manuscrito 17, 1894
.
Una palabra de duda da lugar a muchas más
Una sola palabra de duda, o relativa a malos pensamientos y
malas expresiones, da lugar a muchas más de la misma clase. Es
la siembra de una semilla que dará lugar a una cosecha que nadie
tendrá interés en levantar.—
Carta 117, 1896
.