Página 385 - Mente, Car

Basic HTML Version

El hipnotismo y sus peligros
381
El descuido de la oración hace que los hombres confíen en sus
propias fuerzas y abran las puertas a la tentación. En muchos casos
la imaginación es cautivada por la investigación científica, y los
hombres son halagados por el conocimiento de sus propios poderes.
Se exalta mucho las ciencias que consideran la mente humana.
Estas son buenas ubicadas en el lugar que les corresponde
pero
Satanás se apodera de ellas a fin de utilizarlas como instrumento
para engañar y destruir las almas. Sus artes se aceptan como si
procedieran del cielo, y en esa forma recibe la adoración que tanto
le agrada. El mundo, que se supone que recibe tanto beneficio de
la frenología y del magnetismo animal [hipnotismo], nunca estuvo
tan corrompido como ahora. Mediante estas ciencias se destruye
la virtud y se colocan los fundamentos del espiritismo.—
Mensajes
Selectos 2:402, 403 (1884)
.
El control de la mente se origina en Satanás
La teoría de que de una mente debe ser dominada por otra fue
ideada por Satanás, para intervenir como artífice principal y colocar
la filosofía humana en el lugar que debe ocupar la filosofía divina.
De todos los errores aceptados entre los profesos cristianos, ninguno
constituye un engaño más peligroso ni más eficaz para apartar al
hombre de Dios. Por muy inofensivo que parezca, si se aplica a
los pacientes, tiende a destruirlos y no a restaurarlos. Abre una
puerta por donde Satanás entrará a tomar posesión tanto de la mente
[353]
sometida a la dirección de otra mente como de la que se arroga esta
dirección.—
El Ministerio de Curación, 186, 187 (1905)
.
Satanás hipnotizó a Adán y Eva
Satanás tentó a Eva en el Edén, y esta argumentó con el enemigo,
dándole así una ventaja. Satanás ejerció su poder hipnótico sobre
Adán y Eva, y se esforzó por ejercer ese poder sobre Cristo. Pero
después que fueron citadas las palabras de las Escrituras, Satanás
supo que no tendría la oportunidad de triunfar.—
Comentario Bíblico
Adventista 5:1057 (1903)
.
Esta es una expresión significativa considerada a la luz de la declaración que aparece
en
Testimonies for the Church 1:296
.—
Los compiladores
.