Capítulo 83—Problemas geriátricos
La utilidad de los ancianos no ha cesado
Los ancianos también necesitan sentir la benéfica influencia de
la familia. En el hogar de hermanos y hermanas en Cristo es donde
mejor puede mitigarse la pérdida de los suyos. Si se los anima a
tomar parte en los intereses y ocupaciones de la casa, se los ayudará a
sentir que aún conservan su utilidad. Hacedles sentir que se aprecia
su ayuda, que aún les queda algo que hacer en cuanto a servir a
los demás, y esto les alegrará el corazón e infundirá interés a su
vida.—
El Ministerio de Curación, 155 (1905)
.
El ambiente familiar es deseable
En cuanto sea posible, haced que permanezcan entre amigos
y asociaciones familiares aquellos cuyas canas y pasos vacilantes
muestran que van acercándose a la tumba. Únanse en los cultos con
quienes han conocido y amado. Sean atendidos por manos amorosas
y tiernas.—
El Ministerio de Curación, 155, 156 (1905)
.
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Los hogares de ancianos no son el remedio
Constantemente se hace hincapié en la necesidad de cuidar a
nuestros hermanos y hermanas ancianos que no tienen hogar. ¿Qué
puede hacerse por ellos? La luz que el Señor me ha dado ha sido la
misma que en otras ocasiones: No es lo mejor establecer institucio-
nes para el cuidado de los ancianos, a fin de que puedan estar juntos,
en compañía. Tampoco debe despedírselos de la casa para que sean
atendidos en otra parte. Que los miembros de cada familia atiendan
a sus propios parientes. Cuando esto no sea posible, la obra incumbe
a la iglesia, y debe ser aceptada como deber y privilegio. Todos los
que tienen el espíritu de Cristo considerarán a los débiles y ancianos
con respeto y ternura especiales.—
Joyas de los Testimonios 2:509,
510 (1900)
.
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