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Problemas geriátricos
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Endulza y refina la vida
La presencia en nuestras casas de uno de estos desamparados es
una preciosa oportunidad para cooperar con Cristo en su ministerio
de gracia y desarrollar rasgos de carácter como los suyos. Hay ben-
dición en la asociación de ancianos y jóvenes. Estos últimos pueden
llevar rayos de sol al corazón y la vida de los ancianos. Quienes
van desprendiéndose de la vida necesitan del beneficio resultante
del trato con la juventud llena de esperanza y ánimo. Los jóvenes
también pueden obtener ayuda de la sabiduría y experiencia de los
ancianos. Más que nada necesitan aprender a servir con abnegación.
La presencia de alguien que necesita simpatía, longanimidad y amor
abnegado será de inestimable bendición para más de una familia.
Suavizará y pulirá la vida del hogar, y sacará a relucir en viejos y jó-
venes las gracias cristianas que los revestirán de divina belleza y los
enriquecerán con tesoros imperecederos del cielo.—
El Ministerio
de Curación, 156 (1905)
.
Jóvenes y ancianos deben unir sus fuerzas
Qué conmovedor es ver a los jóvenes y los ancianos cuando
confían uno en el otro; cuando el joven busca en el anciano consejo
y sabiduría, y el anciano busca en el joven ayuda y simpatía. Así debe
ser. Dios quiere que los jóvenes tengan estas cualidades de carácter
que encuentren deleite en la compañía de los ancianos, que estén
unidos por los vínculos del afecto hacia los que se están acercando
al borde de la tumba.—
Carta 6, 1886
;
Sons and Daughters of God,
161
.
El cuidado de los padres ancianos
Se debe a los padres mayor grado de amor y respeto que a
ninguna otra persona. Dios mismo, que les impuso la responsabilidad
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de guiar las almas puestas bajo su cuidado, ordenó que durante los
primeros años de la vida, los padres estén en lugar de Dios para sus
hijos. El que desecha la legítima autoridad de sus padres, desecha la
autoridad de Dios. El quinto mandamiento no solo requiere que los
hijos sean respetuosos, sumisos y obedientes a sus padres, sino que
también los amen y sean tiernos con ellos, que alivien sus cuidados,