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Mente, Carácter y Personalidad 2
malsanos la conciencia se anestesia, la mente se entenebrece y se
malogra su susceptibilidad a las impresiones [...].
¿Querrá ver y comprender nuestro pueblo el pecado de pervertir
el apetito? ¿Querrán eliminar toda complacencia dañina y dedicar
los medios que así se economicen a la difusión de la verdad?—
Manuscrito 132
.
Una definición de la temperancia en el comer
Los principios de la templanza deben llevarse más allá del mero
consumo de bebidas alcohólicas. El uso de alimentos estimulantes
indigestos es a menudo igualmente perjudicial para la salud, y en
muchos casos, siembra las semillas de la embriaguez. La verda-
dera temperancia nos enseña a abstenernos por completo de todo
lo perjudicial, y a usar moderadamente lo que es saludable. Son
pocos los que comprenden la influencia que sus hábitos relativos a
la alimentación ejercen sobre su salud, su carácter, su utilidad en el
mundo y su destino eterno. El apetito debe sujetarse siempre a las
facultades morales e intelectuales. El cuerpo debe servir a la mente,
y no la mente al cuerpo.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 605
(1890)
.
Hemos de evitar los extremismos
Los que entienden debidamente las leyes de la salud y se dejan
dirigir por los buenos principios, evitan los extremos, y no incurren
en la licencia ni en la restricción. Escogen su alimento no meramente
para agradar al paladar, sino para reconstruir el cuerpo. Procuran
conservar todas sus facultades en la mejor condición posible para
prestar el mayor servicio a Dios y a los hombres. Saben someter
su apetito a la razón y a la conciencia, y son recompensados con la
salud del cuerpo y de la mente. Aunque no imponen sus opiniones a
los demás ni los ofenden, su ejemplo es un testimonio en favor de los
principios correctos. Estas personas ejercen una extensa influencia
para el bien.—
El Ministerio de Curación, 246 (1905)
.
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