El régimen alimentario y la mente
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pedido al Señor que bendiga la comida para fortalecimiento de su
cuerpo, crean que los oye, y quédense tranquilos.—
El Ministerio de
Curación, 247 (1905)
.
Los intemperantes no pueden tener paciencia
Existen amplias razones que explican que haya tantas mujeres
nerviosas en el mundo y que sufren de dispepsia con su estela
de males. La causa ha sido seguida por el efecto. A las personas
intemperantes les resulta imposible ser pacientes. Primero deben
reformar los malos hábitos y vivir en forma saludable, y después de
esto no encontrarán difícil ser pacientes.
Al parecer muchas personas no comprenden la relación que hay
entre la mente y el cuerpo. Si el organismo es perturbado a causa del
alimento impropio, el cerebro y los nervios quedan afectados de tal
modo que hasta las cosas pequeñas molestan a los que padecen de es-
te mal. Las pequeñas dificultades son para ellos problemas enormes.
Esta clase de individuos está incapacitada para educar correctamente
a sus hijos. En su vida primarán las actitudes extremas: algunas
veces serán muy indulgentes, en cambio otras serán severos y con-
denarán pequeñeces que no merecían ninguna atención.—
Mensajes
Selectos 2:498 (1865)
.
La dispepsia conduce a la irritabilidad
Un estómago dispéptico siempre conduce a la irritabilidad. Un
estómago avinagrado produce un temperamento agrio. Su cuerpo
debe estar en sujeción si usted quiere que sea un templo adecuado
para la morada del Espíritu Santo [...]. Coma frugalmente de modo
equilibrado y sano. Haga ejercicio con moderación, y se convencerá
de que su vida vale la pena.—
Carta 27, 1872
.
El alimento malsano anestesia la conciencia
Nuestro pueblo ha estado retrocediendo respecto de la reforma
pro salud. Satanás ve que no puede ejercer un poder tan grande sobre
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las mentes cuando el apetito está bajo control, como cuando se le da
rienda suelta, y él está trabajando constantemente para inducir a los
hombres a complacerse a sí mismos. Bajo la influencia de alimentos