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Mente, Carácter y Personalidad 2
si se le da rienda suelta, provoca graves enfermedades a los que son
afligidos por ella [...].
El invierno es la estación más temible para los que tienen que
ponerse en contacto con esos discapacitados. Por supuesto que es
invierno, no solo fuera de la casa sino dentro de ella también para
los que están obligados a vivir en la misma morada y dormir en la
misma habitación. Estas víctimas de una imaginación enfermiza se
confinan dentro de la casa y cierran las ventanas, porque el aire les
afecta los pulmones y la cabeza. La imaginación es activa; esperan
resfriarse y lo consiguen. No importa cuánto se razone con ellos, no
podrán creer que no comprenden la filosofía que se refiere a todo
este asunto. ¿Acaso no lo han comprobado ellos mismos? Ese será
su argumento.
Es verdad que han comprobado un aspecto del asunto al persistir
en su propia conducta, pero la verdad es que se resfrían aunque se
expongan muy poco al aire. Tiernos como bebés, no soportan nada;
pero siguen viviendo, y siguen cerrando las ventanas y las puertas, y
dando vueltas alrededor de la estufa y disfrutando de su miseria.
Ciertamente han comprobado que su conducta no les ha hecho
ningún bien, sino que ha aumentado sus dificultades. ¿Por qué los
tales no permiten que la razón ejerza su influencia sobre el juicio y
controle la imaginación? ¿Por qué no probar la conducta opuesta y
con buen criterio hacer ejercicio al aire libre?—
Testimonies for the
Church 2:523-525 (1870)
.
La mente restringe la circulación (consejo personal)
Al mantenerse en la idea de que un baño le causará perjuicio,
la impresión mental se comunica a todos los nervios del cuerpo.
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Los nervios controlan la circulación de la sangre; por eso la sangre,
como resultado de la impresión de la mente, queda confinada en los
vasos sanguíneos, y así se pierden los buenos efectos del baño. Todo
esto ocurre porque la mente y la voluntad impiden que la sangre
fluya libremente y llegue a la superficie para estimular, despertar y
promover la circulación.
Por ejemplo, usted tiene la impresión de que si se baña se va a
enfriar. El cerebro envía esa orden a los nervios del cuerpo, y los
vasos sanguíneos, obedientes a su voluntad, no pueden llevar a cabo