La mente y la salud espiritual
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corazón y los nervios. Por su medio las energías más potentes de
nuestro ser despiertan y entran en actividad. Libra el alma de culpa
y tristeza, de la ansiedad y congoja que agotan las fuerzas de la vida.
Con él vienen la serenidad y la calma. Implanta en el alma un gozo
que nada en la tierra puede destruir: el gozo que hay en el Espíritu
Santo, un gozo que da salud y vida.—
El Ministerio de Curación, 78
(1905)
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