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Mente, Carácter y Personalidad 2
la recuperación del creyente enfermo. Los verdaderos principios
del cristianismo abren delante de todos una fuente de incalculable
felicidad. La religión es una fuente permanente de la cual el cristiano
puede beber sin agotarla jamás.—
Christian Temperance and Bible
Hygiene, 13 (1890)
;
Counsels on Health, 28
.
La religión es la verdadera ciencia de la curación
La religión es un principio del corazón, no una palabra mágica o
un truco de la mente. Miren solo a Jesús. Esta es su única esperanza,
y la de su esposo, de obtener la vida eterna. Esta es la verdadera
ciencia de la curación para el cuerpo y el alma. La mente no debe
tener como centro a ningún ser humano, sino solo a Dios.—
Carta
117, 1901
.
El amor por el redentor disipa los miasmas
La mente está nublada por la malaria sensual. Los pensamientos
necesitan purificación. ¡Qué no podrían haber sido los hombres y
las mujeres si hubieran comprendido que la manera como se trata el
cuerpo es de vital importancia para el vigor y la pureza de la mente
y el corazón!
El verdadero cristiano participa de experiencias que producen
santificación. Queda sin una mancha de culpa en la conciencia, sin
una mancha de corrupción en el alma. La espiritualidad de la ley de
Dios, con sus principios restrictivos, penetra en su vida. La luz de
la verdad irradia su entendimiento. Un resplandor de perfecto amor
por el Redentor despeja el miasma que se ha interpuesto entre su
alma y Dios. La voluntad de Dios se ha convertido en su voluntad:
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pura, elevada, refinada y santificada. Su rostro revela la luz del
cielo. Su cuerpo es templo adecuado para el Espíritu Santo. La
santidad adorna su carácter. Dios puede tener comunión con él, pues
el alma y el cuerpo están en armonía con Dios.—
Comentario Bíblico
Adventista 7:921 (1898)
.
El amor de Cristo es un poder vitalizador
El amor que Cristo infunde a todo nuestro ser es un poder vi-
vificante. Da salud a cada una de las partes vitales: el cerebro, el