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Función vital de las leyes de Dios
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para ser útiles sobre la tierra y obtener la recompensa eterna en
el reino de gloria, debéis enseñarles a obedecer las leyes de Dios,
manifestadas tanto en la naturaleza como en la revelación, en vez de
seguir las costumbres del mundo.—
La Temperancia, 139 (1883)
.
Remedio para la delincuencia juvenil
—Si los padres y las
madres hubieran seguido las indicaciones dadas por Cristo, no lee-
ríamos ni oiríamos ahora de pecados y crímenes cometidos no sólo
por adultos, sino incluso por jóvenes y niños. Las malas condiciones
de la sociedad existen porque los padres no han prestado atención a
esta instrucción, y no adiestraron ni educaron a sus hijos para que
respetaran y honraran los santos mandatos de Dios.
Hasta los maestros religiosos han dejado de presentar la elevada
norma por medio de la cual se mide el carácter, porque se ha cesado
de respetar los preceptos que Dios ha dado, que son santos, justos y
buenos. Los hombres han asumido la responsabilidad de erigir una
norma en armonía con sus propias ideas, y así se ha deshonrado la
ley de Jehová. Por eso la iniquidad es tan grande, y se ha difundido
tanto. Por eso nuestros días están asemejándose a los de Noé y
Lot.—
The Review and Herald, 2 de mayo de 1893
.
Relación entre la ley moral y las leyes físicas
—Hay una íntima
relación entre la ley moral y las leyes que Dios ha establecido en el
mundo físico. Si los hombres fueran obedientes a la Ley de Dios, y
pusieran en práctica en sus vidas los principios de sus diez preceptos,
las normas de justicia que enseñan serían una salvaguardia contra los
malos hábitos. Pero como por la complacencia del apetito pervertido
su virtud ha declinado, se han debilitado como consecuencia de sus
propias costumbres inmorales y la violación de las leyes físicas.
El sufrimiento y la angustia que vemos por todas partes, la de-
formidad, la decrepitud, la enfermedad y la imbecilidad que inundan
ahora el mundo, hacen de él un lazareto en comparación con lo que
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podría haber sido, inclusive ahora, si se obedeciera la ley moral que
Dios ha implantado en nuestro ser. Por su persistente violación de
estas leyes, el hombre ha agravado muchísimo los males resultantes
de la transgresión del Edén.—
The Review and Herald, 11 de febrero
de 1902
.
La ley de la administración divina
—El cristiano debe ser de
beneficio para los demás. De ese modo, él también recibe beneficio.
“El que saciare, él también será saciado”.
Proverbios 11:25
. Esta ley