Página 274 - Mente, C

Basic HTML Version

270
Mente, Cáracter y Personalidad 2
Ninguna sospecha debería dominar la mente
—Ni la sospecha
ni la desconfianza deberían posesionarse de nuestra mente. Ningún
temor acerca de la grandeza de Dios debería confundir nuestra fe.
Que Dios nos ayude a humillarnos con mansedumbre y sencillez.
Cristo depuso su ropaje real y su corona regia, a fin de asociarse
con la humanidad, y demostrar que los seres humanos pueden llegar
a ser perfectos. Ataviado con el ropaje de la misericordia, él vivió
[701]
una vida perfecta en nuestro mundo, para mostrarnos su amor. El
ha llevado a cabo aquello que debería tornar imposible el no creer
en él. Descendió de su elevada posición en la corte celestial para
tomar sobre sí la naturaleza humana. Su vida es un ejemplo de lo que
deberían ser las nuestras. Para que el temor a la grandeza de Dios
no borrara nuestra creencia en el amor de Dios, Cristo se convirtió
en varón de dolores, experimentado en quebrantos. Si el ser humano
le entrega el corazón, éste se convertirá en un arpa sagrada que
producirá música sacra.—
Mensajes Selectos 2:290, 291 (1904)
.
No hay excusa para hablar de desánimo
—“El cual [el Padre]
nos ha librado de la postestad de las tinieblas”.
Colosenses 1:13
.
Si esto es cierto, ¿qué excusa tenemos entonces para hablar acerca
del desánimo, la incredulidad y la duda, para rodearnos de tinie-
blas como si éstas fueran un manto? Hagamos retroceder la oscura
sombra de la duda, poniéndola a un lado para que la lleve Satanás,
originador de toda duda y desánimo. El está tratando de extender su
sombra infernal a lo largo de nuestra senda. Nuestra fe debe pasar a
través de la oscura nube de la duda y la incredulidad y aferrarse del
brazo de Cristo, que está más allá.—
Manuscrito 102, 1901
.
Cómo rechacé la sombra de la duda
—Cuando Satanás tiende
su sombra infernal sobre mi senda, no la miro ni hablo de ella, ni
glorifico al diablo hablando de él y de su poder, y de los momentos
difíciles que me ha hecho pasar. No, atravieso la sombra, y por fe
me aferro de Jesucristo. Al contemplarlo somos “transformados de
gloria en gloria a su misma semejanza”. Hablen acerca de la fe.
Cada duda que manifiestan es una semilla que se siembra, y esa
semilla echará raíces en algún corazón. No querramos pronunciar
una sola palabra de duda para alabar así al diablo por el gran poder
que ha ejercido con el fin de mantenernos en sujeción. No; Cristo
[702]
me ha adquirido y me ha redimido. Satanás no tiene poder sobre
mí.—
Manuscrito 16, 1894
.