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Mente, Cáracter y Personalidad 2
bernable; pero Cristo no ha autorizado semejante manera de tratar
a los que yerran. Mediante la sabiduría celestial, la mansedumbre
y humildad de corazón, los maestros pueden ser capaces de dirigir
la voluntad y guiar a sus alumnos en el camino de la obediencia;
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pero nadie se imagine que con amenazas podrá ganar sus afectos.
Tenemos que trabajar como Cristo.—
Consejos sobre la Obra de la
Escuela Sabática, 195, 196 (1900)
.
La voluntad dividida es una trampa
—Todos los jóvenes ne-
cesitan cultivar la decisión. La voluntad dividida es una trampa, y
será la ruina de muchos jóvenes. Sea firme; en caso contrario su
casa—es decir, su carácter—estará edificada sobre la arena. Hay
quienes tienen la desgracia de estar siempre en el lado equivocado,
cuando el Señor querría que fueran fieles, capaces de discernir entre
el bien y el mal.—
Manuscrito 121, 1898
.
Dos elementos del carácter
—La fortaleza del carácter depende
de dos cosas: de la fuerza de voluntad y de la capacidad de dominio
propio. Muchos jóvenes confunden fortaleza de carácter con una
pasión fuerte e incontrolada, pero la verdad es que el que se deja
dominar por sus pasiones es débil. La verdadera grandeza y nobleza
del hombre se mide por el poder de los sentimientos que subyuga, y
no por el poder de los que lo dominan. El hombre fuerte es el que,
aunque sensible al mal trato, domina sus pasiones y perdona a sus
enemigos. Los tales son verdaderos héroes.—
Testimonies for the
Church 4:656 (1881)
.
Voluntad unida al poder divino
—Todos pueden llegar a ser
hombres de responsabilidad e influencia si, mediante la fuerza de
voluntad unida al poder divino, se entregan fervientemente a la obra.
Ejerciten las facultades mentales, y en ningún caso descuiden las
físicas. No permitan que la desidia intelectual les cierre la senda
de un conocimiento mayor. Aprendan a reflexionar y a estudiar,
para que sus mentes puedan expandirse, fortalecerse y desarrollarse.
Nunca piensen que han aprendido lo suficiente y que pueden dis-
minuir sus esfuerzos. La mente cultivada es la medida del hombre.
Su educación debería continuar durante toda su vida; cada día de-
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bería estar aprendiendo y dándole un uso práctico al conocimiento
adquirido.—
Testimonies for the Church 4:561 (1881)
.
El correcto ejercicio de la voluntad resiste la enfermedad
Se me mostró que muchos que son aparentemente débiles y que