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Problemas geriátricos
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celosas, inquietas e impacientes, lo eran especialmente en la edad
provecta.—
Joyas de los Testimonios 1:172 (1864)
.
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Celos incontrolados y falta de juicio
—David sentía gran an-
gustia al ver que los reyes y nobles que parecían haber temido a Dios
mientras gozaban de la fuerza de su virilidad, se ponían celosos de
sus mejores amigos y parientes cuando llegaban a viejos. Temían de
continuo que fuesen motivos egoístas los que inducían a sus ami-
gos a manifestar interés por ellos. Escuchaban las sugestiones y los
consejos engañosos de los extraños respecto de aquellos en quienes
debieran haber confiado. Sus celos irrefrenados ardían a veces como
llamas, porque no todos concordaban con su juicio decrépito. Su
avaricia era horrible. A menudo pensaban que sus propios hijos
y deudos deseaban que muriesen para reemplazarlos, poseer sus
riquezas y recibir los homenajes que se les concedían. Y algunos
estaban de tal manera dominados por sus sentimientos celosos y
codiciosos que llegaban hasta a matar a sus propios hijos.—
Joyas
de los Testimonios 1:172 (1864)
.
Oración de David por su ancianidad
—David notaba que aun-
que había sido recta la vida de algunos mientras disfrutaban de la
fuerza de la virilidad, al sobrevenirles la vejez parecían perder el
dominio propio. Satanás intervenía y guiaba su mente, volviéndo-
los inquietos y descontentos. Veía que muchos ancianos parecían
abandonados por Dios y se exponían al ridículo y al oprobio de los
enemigos de él.
David quedó profundamente conmovido y se angustiaba al pen-
sar en su propia vejez. Temía que Dios lo abandonase y que, al ser
tan desdichado como otras personas ancianas cuya conducta había
notado, quedara expuesto al oprobio de los enemigos del Señor. Sin-
tiendo esta preocupación, rogó fervientemente: “No me deseches en
el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desam-
pares... Oh Dios, enseñásteme desde mi mocedad; y hasta ahora he
manifestado tus maravillas. Y aun hasta la vejez y las canas; oh Dios,
no me desampares, hasta que denuncie tu brazo a la posteridad, tus
valentías a todos los que han de venir”.
Salmos 71:9, 17-18
. David
sentía la necesidad de precaverse contra los males que acompañan a
[780]
la senectud.—
Joyas de los Testimonios 1:172, 173 (1864)
.
Provisión para el empleo de los medios que han sido confia-
dos
—El Hno. L es mayordomo de Dios. Se le han confiado medios