Página 46 - Mente, C

Basic HTML Version

42
Mente, Cáracter y Personalidad 2
y vigorosa; porque el estómago dispéptico o el hígado perezoso
influyen para que la vida religiosa sea incierta.
El consumo de carne de animales muertos tiene un efecto perju-
dicial sobre la espiritualidad. Cuando se hace de la carne el principal
[420]
artículo de consumo, las facultades elevadas caen bajo el dominio
de las pasiones inferiores. Estas cosas son una ofensa a Dios, y
producen la decadencia de la vida espiritual.—
Carta 69, 1896
.
Obrar con rectitud es la mejor medicina
—La conciencia de
que se está obrando con rectitud es la mejor medicina para los
cuerpos y las mentes enfermos. La bendición especial de Dios que
reposa sobre los que la reciben es salud y fortaleza. La persona cuya
mente esté tranquila y satisfecha en Dios, está en la senda de la
salud...
Hay quienes no creen que sea un deber religioso disciplinar la
mente para que se espacie en temas alegres, de manera que puedan
reflejar luz en lugar de tinieblas y lobreguez. Esta clase de mentes
preferirán buscar su propio placer: conversaciones frívolas, con risas
y bromas, y con la mente continuamente excitada por una ronda de
entretenimientos; o estarán deprimidas, con grandes dificultades y
conflictos mentales, que ellas creen que pocos han experimentado
alguna vez o pueden comprender. Esas personas pueden profesar ser
cristianas, pero sólo se engañan a sí mismas. No poseen el cristia-
nismo genuino.—
The Health Reformer, marzo de 1872
.
Hay que trabajar tanto para el alma como para el cuerpo
Nuestros obreros de la rama médica tienen que hacer todo lo que esté
en su poder para curar tanto la enfermedad del cuerpo como la de la
mente. Tienen que vigilar, orar y trabajar para proporcionarles tanto
ventajas espirituales como físicas a aquellos por quienes trabajan. El
médico de uno de nuestros sanatorios que sea un verdadero siervo
de Dios, tiene una obra sumamente interesante que hacer respecto
de cada ser humano que sufre, y con quien se ponga en contacto. No
debe perder oportunidad alguna de señalarles a las almas a Cristo,
el gran Sanador del cuerpo y la mente. Todo médico debería ser
un obrero experto en los métodos de Cristo. No debería haber una
disminución del interés en las cosas espirituales, no sea que se desvíe
[421]
la facultad de fijar la mente en el gran Médico.—
Carta 223, 1905
.
El médico que trata con mentes y corazones distraídos
—El
médico necesita sabiduría y poder más que humanos para saber