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La mente y la salud espiritual
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Dios ama a sus criaturas con un amor a la vez tierno y fuerte.
Ha establecido las leyes de la naturaleza; pero sus leyes no son
exigencias arbitrarias. Cada “no harás”, sea en la ley física o moral,
contiene o implica una promesa. Si obedecemos, las bendiciones
acompañarán nuestros pasos; si desobedecemos, habrá como resulta-
do peligro y desgracia. Las leyes de Dios están destinadas a acercar
más a sus hijos a él. Los salvará del mal y los conducirá al bien,
si quieren ser conducidos; pero nunca los obligará. No podemos
discernir los planes de Dios, pero debemos confiar en él y mostrar
nuestra fe por nuestras obras.—
Joyas de los Testimonios 2:144, 145
(1885)
.
El evangelio es el remedio para las enfermedades produci-
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das por el pecado
—Cuando se recibe el Evangelio en su pureza y
con todo su poder, es un remedio para las enfermedades originadas
por el pecado. Sale el Sol de justicia, “trayendo salud eterna en sus
alas”.
Malaquías 4:2 (VM)
. Todo lo que el mundo proporciona no
puede sanar el corazón quebrantado, ni dar paz al espíritu, ni disipar
las inquietudes, ni desterrar la enfermedad. La fama, el genio y el ta-
lento son impotentes para alegrar el corazón entristecido o restaurar
la vida malgastada. La vida de Dios en el alma es la única esperanza
del hombre.—
El Ministerio de Curación, 78 (1905)
.
En el cielo todo es salud
—La opinión sostenida por algunos de
que la espiritualidad es perjudicial para la salud, es un sofisma de
Satanás. La religión de la Biblia no es perjudicial para la salud del
cuerpo ni de la mente. La influencia del Espíritu de Dios es la mejor
medicina para la enfermedad. En el cielo todo es salud; y mientras
más profundamente se comprendan las influencias celestiales, más
segura será la recuperación del creyente enfermo. Los verdaderos
principios del cristianismo abren delante de todos una fuente de in-
calculable felicidad. La religión es una fuente permanente de la cual
el cristiano puede beber sin agotarla jamás.—
Christian Temperance
and Bible Hygiene, 13 (1890)
;
Counsels on Health, 28
.
La religión es la verdadera ciencia de la curación
—La reli-
gión es un principio del corazón, no una palabra mágica o un truco
de la mente. Miren sólo a Jesús. Esta es su única esperanza, y la de
su esposo, de obtener la vida eterna. Esta es la verdadera ciencia de
la curación para el cuerpo y el alma. La mente no debe tener como
centro a ningún ser humano, sino sólo a Dios.—
Carta 117, 1901
.