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Mente, Cáracter y Personalidad 2
vean la belleza de la verdad. Pero no dé evidencias de esa ansiedad
penosa y preocupada que a menudo malogra una buena obra.—
Carta
145, 1900
.
Comprensión cristiana
—Los que saquen el máximo prove-
cho de sus privilegios y oportunidades serán, en el sentido bíblico,
hombres talentosos y educados; no sólo eruditos, sino educados en
mente, en modales y en comportamiento. Serán refinados, tiernos,
compasivos, afectuosos. Esto es lo que el Señor me ha mostrado que
él requiere de su pueblo. Dios nos ha dado facultades que debemos
usar, desarrollar y fortalecer por medio de la educación. Deberíamos
razonar y reflexionar, distinguiendo cuidadosamente la relación que
existe entre la causa y el efecto. Cuando esto se pone en práctica,
habrá de parte de muchos mayor reflexión y cuidado respecto de sus
palabras y acciones, de manera que puedan cumplir plenamente el
propósito que tuvo Dios al crearlos.—
Manuscrito 59, 1897
.
La franqueza fomenta la confianza (consejo a un médico)
Si hubiera mucha más franqueza y menos misterio, si se fomentara
la confianza fraternal, si hubiera mucho menos del yo y más del
espíritu de Cristo, si Ud. tuviera una fe viviente en Dios, la nube que
ahora se difunde en la atmósfera de la mente gracias a la obra de
Satanás, se disiparía.—
Carta 97, 1898
.
Reformadores, no fanáticos
—El objetivo que debe ser tenido
en cuenta entre nosotros es el de ser reformadores y no fanáticos. Al
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tratar con los no creyentes, no manifestéis un despreciable espíritu
de ruindad, porque si os detenéis a regatear por una pequeña suma,
perderéis al fin una suma mucho mayor. Ellos dirán: “Ese hombre es
un estafador; él lo defraudaría y lo despojaría a usted de sus derechos
si pudiera hacerlo, de manera que manténgase en guardia cuando
tenga algo que tratar con él”.
Pero si en una transacción, una friolera que estaría a vuestro fa-
vor, es cedida a la otra persona, ella tratará con vosotros de acuerdo
con el mismo plan generoso. La mezquindad engendra mezquindad,
la tacañería engendra tacañería. Los que siguen esta conducta no
saben cuán mezquina les parece a los demás, especialmente a aque-
llos que no son de nuestra fe; y la causa preciosa de la verdad queda
marcada por este defecto.—
El Evangelismo, 70, 71 (1887)
.
Sean rectos
—En nuestro trato, doquiera estemos, debemos ser
perfectamente rectos. No nos podemos permitir el quebrantar uno