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La culpa
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conduce al Dios de infinita piedad. Dice el salmista: “Cercano está
Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de
espíritu”.—
Testimonies for the Church 5:636, 637 (1889)
.
Esencial para eliminar el pecado
—Aquí es donde Ud. cae en
condenación: Ud. continúa en pecado. Con la fuerza de Cristo deje
de pecar. Se ha hecho toda provisión para que la gracia more en
Ud., para que el pecado aparezca siempre tan odioso como es, es
decir, como
pecado
. “Si alguno peca”, no debe abandonarse a la
desesperación ni hablar como si estuviera perdido para Cristo.—
Carta 41, 1893
.
Dios perdona a todos los que acuden a él
—Dios condena jus-
ticieramente a todo el que no hace de Cristo su Salvador personal,
pero perdona a cada alma que acude a él con fe, y la capacita para
realizar las obras de Dios y para ser una con Cristo por la fe... El Se-
ñor ha provisto todo lo necesario para que el hombre pueda alcanzar
la salvación plena y gratuita, y sea completo en él. El propósito de
Dios es que sus hijos tengan los brillantes rayos del Sol de justicia,
que todos tengan la luz de la verdad. Dios ha proporcionado la sal-
vación al mundo a un costo infinito, nada menos que la dádiva de
su Hijo unigénito. El apóstol pregunta: “El que no escatimó ni a su
propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos
dará también con él todas las cosas?”
Romanos 8:32
. Por lo tanto, si
no somos salvados, la falta no será de Dios, sino nuestra por haber
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dejado de cooperar con los instrumentos divinos. Nuestra voluntad
no ha coincidido con la voluntad de Dios.—
Mensajes Selectos 1:440
(1892)
.
Esperanza para todos
—Nadie tiene por qué entregarse al
desaliento ni a la desesperación. Puede Satanás presentarse a ti,
insinuándote despiadadamente: “Tu caso es desesperado. No tienes
redención”. Hay sin embargo esperanza en Cristo para ti. Dios no
nos exige que venzamos con nuestras propias fuerzas. Nos invita a
que nos pongamos muy junto a él. Cualesquiera sean las dificultades
que nos abrumen y que opriman alma y cuerpo, Dios aguarda para
liberarnos.—
El Ministerio de Curación, 192 (1905)
.
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Véanse los capítulos “Un poder misterioso que convence” (el arrepentimiento), “Para
obtener la paz interior” (la confesión) y “Maravillas obradas por la fe” (fe y aceptación)
de
El camino a Cristo
.