Página 115 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Los tres ángeles y el otro ángel
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por punto. Aquello que era verdad
entonces
sigue siendo verdad
ahora. Sin embargo, hay voces que no cesan de proclamar: “Esta es
la verdad. Tengo nueva luz”. Pero estas nuevas luces que pretenden
brillar en el ámbito profético muestran claramente que hacen mal
uso de la Palabra, y envían al pueblo de Dios a la deriva sin un
ancla que lo afirme. Si los estudiantes de la Palabra tomaran las
verdades que Dios ha revelado a su pueblo, y se apoderaran de ellas,
las asimilaran y las aplicaran en su vida práctica, entonces serían
conductos vivientes de la luz. Pero los que se han puesto a idear
nuevas teorías, tienen una mezcla de verdad y error, y después de
procurar hacer prominentes estas cosas, han demostrado que no
habían encendido su lámpara en el altar divino, y por lo tanto se ha
apagado y los ha dejado en tinieblas (Manuscrito 31, 1896).
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Los mensajes de los tres ángeles en su contexto más amplio
La proclamación de los mensajes del primero, del segundo y del
tercer ángel ha sido establecida por la Palabra inspirada. No debe
alterarse ni la parte más mínima. Ninguna autoridad humana tiene
más derecho de cambiar la ubicación de estos mensajes que la que
posee para sustituir el Antiguo Testamento por el Nuevo. El Antiguo
Testamento es el Evangelio expresado en figuras y símbolos. El
Nuevo Testamento es la realidad. El uno es tan esencial como el
otro. El Antiguo Testamento presenta lecciones provenientes de los
labios de Cristo, y esas lecciones no han perdido su fuerza en ningún
detalle.
El primer mensaje y el segundo se dieron en 1843 y 1844, y ahora
estamos bajo la proclamación del tercero; pero aun ahora hay que
seguir proclamando los tres mensajes. Ahora es tan esencial como en
cualquier tiempo pasado que se los repita a los que están buscando la
verdad. Debemos hacer resonar su proclamación mediante la pluma y
la voz; debemos mostrar su secuencia y la aplicación de las profecías
que nos conducen al mensaje del tercer ángel. No puede haber un
tercer mensaje sin un primero y un segundo. Debemos proclamar al
mundo estos mensajes mediante publicaciones y conferencias que
muestren en el ámbito profético las cosas que han sido y las que
serán.