Página 132 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Mensajes Selectos Tomo 2
padres... Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que
guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus
mandamientos, hasta mil generaciones”.
Deuteronomio 7:6-9
.
El Señor vuelve a declarar por medio del profeta Isaías:
“Reuníos, pueblos, y seréis quebrantados; oíd, todos los que sois
de lejanas tierras; ceñíos, y seréis quebrantados... Tomad consejo, y
será anulado; proferid palabra, y no será firme, porque Dios está con
nosotros. Porque Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y
me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:
No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama
conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. A
Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea
vuestro miedo”.
Isaías 8:9-13
.
Hay quienes preguntan si es propio que los cristianos pertenezcan
a la francmasonería y a otras sociedades secretas. Que los tales
consideren los pasajes que acabamos de citar. Si somos cristianos,
debemos serlo en todo, y debemos considerar y obedecer el consejo
dado para hacer de nosotros cristianos de acuerdo con las normas de
la Palabra de Dios.
Colaboración con los instrumentos divinos
El pueblo que Dios tiene en el mundo es el instrumento humano
que debe colaborar con las influencias divinas para la salvación de
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los hombres.
Cristo dice a las almas que se
han unido a él: “Sois
uno conmigo, ‘colaboradores de Dios”’.
1 Corintios 3:9
. Dios es el
gran Actor invisible, y el hombre es el humilde instrumento visible,
y sólo en colaboración con las inteligencias celestiales puede éste
hacer algo bueno. Únicamente cuando la mente es esclarecida por el
Espíritu Santo los hombres pueden discernir la influencia divina. Por
eso Satanás procura constantemente apartar las mentes de lo divino
para dirigirlas hacia lo humano, para que el hombre no coopere con
el cielo. Dirige la atención hacia las invenciones humanas, induce al
hombre a confiar en el hombre, a apoyarse en la carne, para que su
fe no se afirme en Dios.
“La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno,
todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu