Página 228 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Introducción
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Elena G. de White, la mensajera del Señor, conocía el signifi-
cado del sufrimiento. Las esperanzas alentadas durante su infancia
quedaron frustradas por un accidente ocurrido a la edad de nueve
años, que casi le costó la vida. Cuatro veces pasó por el trance de la
maternidad. Dos veces perdió a un hijo. Vivió en el estado de viudez
durante casi la mitad de su ministerio público. Supo también lo que
significa una enfermedad prolongada. Debido a esto, sus mensajes
de aliento destinados a los afligidos, a los que enfrentaban la muerte,
estaban mezclados con su propia experiencia.
Nadie es capaz de explicar los misterios de la Providencia, pero
los que han confiado en Dios en el tiempo de prueba y de sufrimiento
saben que el Señor está llevando a cabo su plan. La Sra. White sabía
esto y así lo manifestó en su diario, llevado día por día durante
1892, en el que fue anotando, con frases breves, sus reacciones a
diez meses de sufrimientos en un país desconocido. Aquí se revelan
la frustración que experimentó al no ser sanada en respuesta a la
oración y al ungimiento, y su inconmovible confianza en Dios en la
vida o en la muerte.
Los mensajes personales escritos por la Sra. White bajo diversas
circunstancias, y presentados aquí para el consuelo de aquellos que
deben sufrir, ayudarán a contestar estas preguntas: ¿Por qué, si Dios
es un Dios de amor, deben sus hijos experimentar prolongadas enfer-
medades? ¿Por qué tienen que languidecer en el lecho del dolor? Las
personas que pasen por experiencias parecidas a las que se describen
en estas páginas, encontrarán en ellas consuelo y ánimo. Cualquier
repetición en que se incurra tiene el único propósito de proporcionar
consuelo en tantas situaciones personales como sea posible.—
Los
fideicomisarios
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