Página 32 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Mensajes Selectos Tomo 2
difundiremos. Tendremos un concepto más claro y preciso de lo que
Jesús es para nosotros. En nuestras vidas brillarán la simetría, el en-
canto y la benevolencia que se manifestaron en la vida de Jesucristo
(Manuscrito 24, 1890).
El deseo de cambiar la experiencia religiosa
En lugar de vivir esperando alguna manifestación especial de
agitación emocional, debemos aprovechar sabiamente la oportuni-
dad actual, y hacer lo que es necesario a fin de salvar a las almas.
En lugar de agotar nuestras facultades mentales en especulaciones
concernientes a los tiempos y las sazones que el Padre puso en su
sola potestad, y ocultó a los hombres, debemos someternos al control
del Espíritu Santo, realizar los deberes del momento e impartir el pan
de vida, sin mezcla de opiniones humanas, a las almas que perecen
por falta de la verdad...
Corremos continuamente el peligro de sobrepasar la sencillez del
Evangelio. Muchos tienen un intenso deseo de asombrar al mundo
con algo original que eleve al pueblo a un estado de éxtasis espiri-
tual, y de cambiar su actual experiencia religiosa. Ciertamente existe
una gran necesidad de un cambio en la situación actual, porque no se
comprende como debiera la santidad de la verdad presente; pero el
cambio que necesitamos es aquella transformación del corazón que
puede obtenerse únicamente buscando a Dios individualmente para
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recibir sus bendiciones, rogando para obtener su poder, e implorando
fervientemente su gracia para que nuestro carácter sea transformado.
Tal es el cambio que necesitamos hoy; y para alcanzar esa expe-
riencia deberíamos ejercitar perseverantemente nuestra energía y
manifestar un sincero fervor.—
The Review and Herald, 22 de marzo
de 1892
.
Que no haya rarezas ni excentricidades
Que no haya rarezas ni excentricidades en la acción de los que
proclaman la Palabra de verdad, porque tales cosas debilitarán la
impresión que debería realizarse mediante la Palabra. Debemos pre-
cavernos, porque Satanás está decidido, si fuera posible, a mezclar
su mala influencia con los servicios religiosos. Que no haya exhibi-