Página 331 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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“No tendrás dioses ajenos delante de mí”
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Estos hombres de ideas unilaterales no son capaces de ver nin-
guna otra cosa fuera de lo que predomina en su mente. Hace años
tuvimos que combatir este mismo espíritu y esta misma obra. Sur-
gieron personas que pretendían haber sido enviadas con un mensaje
que condenaba los retratos y los cuadros, y que instaba a destruir
todo lo que constituyera una copia de algo. Llevaban las cosas hasta
el extremo de condenar los relojes que tenían figuras, o “imágenes”,
sobre ellos.
En la Biblia leemos acerca de la buena conciencia, pero no hay
solamente buenas conciencias sino también malas conciencias. Exis-
te una escrupulosidad que llevará todas las cosas a grados extremos,
y que convertirá los deberes cristianos en cargas tan pesadas como
pesada hicieron los judíos la observancia del sábado. El reproche
que Jesús hizo a los escribas y los fariseos también se aplica a esta
clase de personas: “Diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y
pasáis por alto la justicia y el amor de Dios”.
Lucas 11:42
. Un faná-
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tico causará mucho daño con su espíritu fuerte y sus ideas radicales
cuando se dedique a oprimir la conciencia de los que desean obrar
correctamente. La iglesia necesita ser purificada de tales influencias.
Imágenes empleadas por Dios
El segundo mandamiento prohíbe el culto de las imágenes; pero
Dios mismo utilizó imágenes y símbolos para ilustrar las lecciones
dadas a los profetas con el fin de que éstos las transmitieran al
pueblo, y así fuesen comprendidas mejor que si se las hubiese dado
de cualquier otro modo. Estimuló la comprensión a través del sentido
de la vista. La historia profética fue presentada a Daniel y a Juan
mediante símbolos, y éstos debían representarse nítidamente en
cuadros para que el que leyera pudiese comprender.
Es cierto que se gasta demasiado dinero en cuadros; y no son
pocos los recursos que deberían darse a la tesorería de Dios y que
en cambio se pagan al artista. Pero el daño que la conducta de estos
extremistas causará a la iglesia es mucho mayor del que pretenden
corregir. A veces resulta difícil establecer dónde debe trazarse la
línea, en qué momento la confección de cuadros se convierte en un
pecado. Pero los que aman a Dios y desean de todo corazón observar
sus mandamientos, serán dirigidos por él. Dios no desea que depen-