Página 339 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Dirección mediante métodos que implican el azar
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tarjeta cae, creyendo que de ese modo Dios le indica lo que desea
que haga o lo que no desea que lleve a cabo con relación a una cosa
determinada.
E. G. de White:
[Se trata de un método de azar que Dios no aprue-
ba. A personas que han sugerido estas pruebas, he dicho: “No, no”.
Las cosas sagradas que atañen a la causa de Dios no deben decidirse
mediante esos métodos. Dios no nos ordena que nos informemos
acerca de su voluntad utilizando tales recursos.
El decir cuál es la voluntad de Dios arrojando una tarjeta o una
moneda y observando cómo caen, ¿nos proporcionará experiencias
que glorifiquen a Dios? No, no. Esta clase de prueba echará a perder
la experiencia religiosa del que la adopte. Todos los que dependan
de tales cosas para obtener dirección, necesitan convertirse.
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Después del gran chasco del pueblo adventista experimentado
en 1844, tuvimos que luchar repetidamente con estas cosas. Por
entonces fui levantada de mi enfermedad y enviada para presentar
un mensaje de reproche contra esta clase de fanatismo. En ese caso
utilizaban métodos diferentes. Elegían una señal, y luego actuaban
de acuerdo con lo que creían que esa señal les indicaba.
En un caso no quisieron sepultar a un niño que había muerto,
porque entendían, por la señal que habían elegido, que el niño había
de ser resucitado.
Se me envió a dar mi testimonio con respecto a la falsedad de
esas cosas que utilizaban como señales. Según las instrucciones
que Dios me ha dado, la única seguridad para nosotros consiste en
aceptar un “Así dice Jehová”...
W. C. White:
Supongamos que se me presenta un negocio. Veo
una propiedad que me parece buena, de modo que pido al Señor
que me indique si debo comprarla o no. Luego utilizo el método de
arrojar una moneda, y si cae con un lado determinado hacia arriba,
la compro; pero si el lado opuesto cae hacia arriba, no la compro.
E. G. de White:
Dios me ha dado un mensaje según el cual
ninguna cosa de esta clase debería introducirse en la obra de su
causa. Eso la rebajaría hasta el polvo. Así es como me fue presentado.
Apartaría la mente de Dios, de su poder y su gracia, para dirigirla a
cosas comunes, y el enemigo utilizaría esas cosas comunes a fin de
Párrafos insertados por la Sra. White cuando leyó este informe.