Página 353 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Consejos sobre ciertas situaciones conyugales
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la consideración de nuestros hermanos responsables, a fin de recibir
consejo, y para que ellos le muestren mediante la ley de Dios el error
en que ha caído. Vosotros dos habéis quebrantado la ley aun al pensar
en que podíais uniros en matrimonio. Deberíais haber rechazado ese
pensamiento cuando se insinuó por primera vez.—
Carta 14, 1895
.
Un caso en que no se ganaría nada con abandonar a la actual
esposa
[
Consejo dado en vista del esfuerzo de un padre por romper
un matrimonio de larga duración de su hijo con su segunda esposa
debido a que muchos años antes, sin fundamento bíblico, se había di-
vorciado de su primera esposa para posibilitar legalmente el segundo
casamiento.—
Los compiladores
.
]
Acabo de leer su carta concerniente a M. Considero este asunto
tal como Ud. lo ve, y pienso que la actitud del padre de M es cruel
y malvada... Yo diría que su caso [el de M] no puede mejorarse
abandonando a la esposa actual. No se remediaría en nada este caso
si él volviera junto a la primera mujer.
[393]
Considero que el caso del padre es extraño, y que a él no le
agradará enfrentarse con el registro de sus actos en el día de Dios.
Necesita arrepentirse delante de Dios de su actitud y de sus obras.
Lo mejor que puede hacer es dejar de causar problemas... Que el
padre y el hermano lleven a cabo obras diligentes. Ambos necesitan
el poder transformador de Dios. Que el Señor ayude a esas pobres
almas a quitar las manchas y las arrugas de sus propios caracteres, y
que se arrepientan de sus males, y que dejen a M con el Señor.
Siento mucha pena por ese hombre, porque su conducta se ha
complicado en tal forma que no vale la pena mezclarse en ella,
debido a que las dificultades se han amontonado unas sobre otras.
Yo diría que el Señor comprende la situación, y que si M lo busca
de todo corazón será contado con los que le pertenecen. Si hace lo
mejor de su parte, Dios lo perdonará y lo recibirá.
De cuánto valor es saber que tenemos a Uno que conoce y com-
prende cada caso, y que ayudará a los que están más desvalidos.
Pero el reproche de Dios alcanza al padre y al hermano que están
dispuestos a llevar a la destrucción y a la perdición a uno que ante
la vista de Dios no está en mayor condenación que ellos mismos; y