Página 361 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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44—Los peligros del hipnotismo
Advertencia a los médicos que utilizan el hipnotism
Hno. y Hna. N, en el nombre del Señor os pido que recordéis
que a menos que cambien vuestros sentimientos acerca de la ciencia
de la cura mental, a menos que vosotros dos comprendáis que es
necesario que vuestras propias mentes se conviertan y transformen,
llegaréis a ser piedra de tropiezo y un espectáculo lamentable para
los ángeles y los hombres.
La verdad ha ejercido poquísima influencia sobre vosotros. Es
peligroso para cualquier persona, no importa cuán buena sea, tratar
de influir en otra mente humana para colocarla bajo el control de su
propia mente. Quiero deciros que la cura por el poder de la mente
es una ciencia satánica. Vosotros ya habéis ido bastante lejos, a tal
punto que habéis puesto en serio peligro vuestra experiencia futura.
Desde que este asunto se introdujo por primera vez en vuestra mente
hasta el momento actual, ha ido creciendo en forma muy perjudicial.
A menos que comprendáis que Satanás es la mente maestra que ha
inventado esta ciencia, la tarea de separarse de ella en forma radical
no será un asunto tan fácil como habéis supuesto. Toda la filosofía
de esta ciencia constituye una obra maestra del engaño satánico.
Por el bien de vuestra alma, desligaos de todo lo que se relacione
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con esto. Cada vez que introducís en la mente de otra persona ideas
acerca de esta ciencia, con el objeto de controlar su mente, estáis
pisando el terreno de Satanás y colaborando definidamente con él.
Por el bien de vuestras almas, escapad de esta trampa del enemigo.
Ninguno de vosotros debería estudiar la ciencia en la cual os
habéis interesado. Estudiar esta ciencia equivale a arrancar el fruto
del árbol del conocimiento del bien y del mal. Dios os prohíbe a
vosotros o a cualquier otro ser mortal aprender o enseñar esa ciencia.
El hecho de que Ud., Hno. N, ha tenido que ver con ella, debería por
Consejos Adicionales a Los que Aparecen en
Medical Ministry, 110-117
;
Joyas de
los Testimonios 1:96-101
;
El Ministerio de Curación, 185-200
.
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