Página 387 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Preparación para la crisis final
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reposo falso, y de convertirlo en una prueba para todos. Este asunto
no tardará en estar delante de nosotros. El día de reposo de Dios será
pisoteado, y en su lugar se exaltará un falso día de reposo. Las leyes
dominicales tienen la posibilidad de infligir grandes sufrimientos
a los que observan el séptimo día. El desarrollo de los planes de
Satanás desatará la persecución contra el pueblo de Dios. Pero los
siervos fieles de Dios no necesitan temer acerca del resultado del
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conflicto. Si quieren seguir las normas establecidas para ellos en la
vida de Cristo, si quieren ser fieles a los requerimientos de Dios, su
recompensa será la vida eterna, una vida que se mide con la vida de
Dios.
En este tiempo nuestro pueblo debería estar empeñado en trabajar
definidamente por la edificación del carácter. Debemos desplegar
ante el mundo las características del Salvador. Es imposible agradar a
Dios sin ejercer una fe genuina y santificadora. Somos responsables
individualmente de nuestra fe. La fe verdadera no es una fe que
fracasará cuando sea sometida a prueba; es el don que Dios da a su
pueblo.—
The Review and Herald, 30 de septiembre de 1909
.
Si hubo un tiempo cuando hemos necesitado manifestar bondad
y cortesía verdadera, es ahora. Puede ser que tengamos que abogar
fervorosamente ante los concilios legislativos por el derecho de
adorar a Dios de acuerdo con los dictados de nuestra conciencia. Así
es como Dios, en su providencia, ha determinado que los derechos
de su ley sean presentados a la atención de los hombres que ocupan
los cargos de mayor autoridad. Pero cuando estemos delante de
esos hombres, no debemos manifestar resentimientos. Debemos orar
constantemente en procura de la ayuda divina. Sólo Dios puede
retener los cuatro vientos hasta que sus siervos hayan sido sellados
en sus frentes.—
The Review and Herald, 11 de febrero de 1904
.
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