Página 394 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Mensajes Selectos Tomo 2
tener la supremacía, sino que todos amarán a su prójimo como a sí
mismos. Dios quiera abrir el entendimiento y hablar a los corazones
de las iglesias al despertar individualmente a cada miembro...
Los que se encuentran reposando en Sion necesitan ser desper-
tados. Grande es la responsabilidad de los que llevan la verdad, y
sin embargo no sienten intensa preocupación por las almas. Ojalá
que los hombres y las mujeres que profesan la verdad despertasen,
tomasen el yugo de Cristo y levantasen las cargas de él. Se necesitan
personas que no tengan solamente un interés nominal sino un interés
como el de Cristo, sin egoísmo, un ardor intenso que no vacile bajo
las dificultades ni se enfríe a causa de la abundancia de la iniquidad.
Quiero hablar a nuestro pueblo de todas las iglesias de América.
Despertaos de los muertos, y Cristo os dará su vida. Las almas están
pereciendo por falta de la luz de la verdad tal como fue dada por
Jesús. Estamos en los límites mismos del mundo eterno. En esta obra
no se necesitan personas que profesan el cristianismo únicamente
cuando no hay dificultades. La religión basada en las emociones y
los gustos no se necesita en este tiempo. Tiene que haber un reavi-
vamiento de nuestra fe y de la proclamación de la verdad. Os digo
que una nueva vida está saliendo de los instrumentos satánicos para
trabajar con un poder que hasta ahora no habíamos comprendido.
¿Y no se posesionará del pueblo de Dios un nuevo poder que pro-
ceda de arriba? Hay que presentar con urgencia delante del pueblo
aquella verdad que santifica mediante su influencia. Hay que ofrecer
a Dios súplicas fervorosas y oraciones angustiosas para que nuestras
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esperanzas como pueblo no se funden en suposiciones sino en las
realidades eternas. Debemos conocer por nosotros mismos, por la
evidencia de la Palabra de Dios, si es que estamos en la fe y vamos
hacia el cielo, o no. La ley de Dios constituye la norma moral del
carácter. ¿Satisfacemos sus requerimientos? ¿Está el pueblo del Se-
ñor haciendo participar en la obra para este tiempo sus propiedades,
su tiempo, sus talentos y toda su influencia? Despertemos. “Si, pues,
habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está
Cristo sentado a la diestra de Dios”.
Colosenses 3:1
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Carta 55,
1886
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