Página 397 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

Basic HTML Version

Un nombre y un pueblo característicos
393
esta controversia; y hay que tener en cuenta que el tiempo es corto.
No es éste el momento de arriar nuestros colores.
Me fue presentado un grupo de personas bajo el nombre de
adventistas del séptimo día, que aconsejaban que el estandarte o la
señal que nos hace un pueblo singular no se hiciera ondear en forma
tan destacada; como razón de esto sostenían que no era la mejor
política para asegurar el éxito de nuestras instituciones. Pero este
estandarte distintivo ha de llevarse por todo el mundo hasta el fin
del tiempo de gracia. Juan dice, al describir el pueblo remanente
de Dios: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.
Apocalipsis 14:12
. Esto
comprende la ley y el Evangelio. El mundo y las iglesias se están
uniendo para transgredir la ley de Dios, para derribar el monumento
conmemorativo de Dios y para exaltar un día de reposo que lleva
la rúbrica del hombre de pecado. Pero el sábado de Jehová tu Dios
ha de ser una señal para mostrar la diferencia que existe entre los
obedientes y los desobedientes. Vi que algunos extendían sus manos
para quitar el estandarte y oscurecer su significado...
Cuando la gente acepte y enaltezca un día de reposo espurio, y
[444]
cuando aleje las almas de la obediencia y la lealtad a Dios, alcanzará
el punto al que llegó el pueblo en los días de Cristo... ¿Elegirá
entonces alguno ocultar su estandarte o disminuir su devoción? El
pueblo a quien Dios ha honrado, ha bendecido y ha prosperado,
¿rehusará dar testimonio en favor del monumento de Dios en un
tiempo cuando ese testimonio debería darse? ¿No se estimarán más
los mandamientos de Dios ahora cuando los hombres desprecian la
ley de Dios? (Manuscrito 15, 1896).
El mundo está observando
El pueblo que observa los mandamientos de Dios es descrito por
el profeta como “hombres típicos”.
Zacarías 3:8 (VM)
. Debemos ser
un pueblo diferente del mundo. Los ojos del mundo nos observan,
y somos contemplados por muchos a quienes no conocemos. Hay
algunos que conocen algo de las doctrinas que pretendemos creer,
y éstos advierten el efecto de nuestra fe sobre nuestro carácter.
Están esperando ver qué clase de influencia ejercemos, y cómo nos
comportamos delante de un mundo sin fe. Los ángeles del cielo