Página 470 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Mensajes Selectos Tomo 2
aplicado externamente, se habrían evitado largos días y noches de
sufrimiento, y se habrían salvado muchas vidas preciosas. Pero mi-
les de personas han muerto por la fiebre consumidora, hasta que se
agotó el combustible que las alimentaba, hasta que se consumieron
las fuerzas vitales, y los pacientes murieron en la mayor agonía sin
que se les permitiera beber agua para aliviar su sed abrasadora. El
agua que se administra a un edificio insensible para apagar el fuego
rugiente, le es negada a los seres humanos para apagar el fuego que
consume sus fuerzas vitales.
Multitudes de personas permanecen en una ignorancia inexcusa-
ble acerca de los principios que rigen su organismo. Se preguntan
por qué nuestra humanidad es tan débil, y por qué algunos mueren
prematuramente. ¿No existe una causa? Los médicos que profesan
comprender el organismo humano, prescriben para sus pacientes
y aun para sus hijos amados y sus compañeras, venenos de acción
lenta para que corten la enfermedad o para que curen indisposicio-
nes leves. Por cierto que no comprenden el daño que estas cosas
causan, ya que en ese caso no lo harían. Puede ser que los efectos de
los venenos no se perciban inmediatamente, pero éstos inevitable-
mente realizan su obra en el organismo minando la constitución y
estorbando la naturaleza en sus esfuerzos. Procuran corregir un mal
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pero producen uno peor que a menudo es incurable. Los que son
tratados en esta forma están enfermos e ingiriendo medicamentos
constantemente. Y sin embargo, si escucháis su conversación, les
oiréis alabar con frecuencia las drogas que han estado empleando,
y recomendarlas a otros, porque dicen haberse beneficiado con su
uso. Para quienes razonen partiendo de las causas para llegar a los
efectos, los padecimientos de que continuamente se quejan y la
postración general de los que pretenden haber recibido beneficios,
constituirían pruebas suficientes de los efectos destructores de la
salud que esas drogas poseen. Y sin embargo muchas personas están
enceguecidas de tal manera que no advierten que todas las drogas
que han tomado no las han curado, sino que las han empeorado.
Los inválidos a causa de las drogas abundan en el mundo, pero por
lo general son rencillosos e irritables, están siempre enfermos, lle-
van una existencia miserable y parecen vivir para poner a prueba
constantemente la paciencia de los demás. Las drogas venenosas no
llegaron a matarlos porque la naturaleza se resiste a abandonar la