Página 481 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Capítulo 4
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agotados y afiebrados y no saben cuál es la causa. Era aire, aire vital,
que todo el organismo necesitaba, pero no pudo obtenerlo. La mayor
parte de las personas, después de levantarse en las mañanas, podrían
recibir beneficio si se dieran un baño con ayuda de una esponja o, si
les resulta más agradable, utilizando una toalla mojada. Esto quitará
las impurezas de la piel. Luego hay que sacar las ropas de la cama,
pieza por pieza, para exponerla a la acción del aire. Hay que abrir las
ventanas, asegurar las persianas y dejar que el aire circule libremente
por los dormitorios durante varias horas, o aun durante todo el día.
En esta forma la cama y la ropa se airearán completamente y la
habitación será limpiada de impurezas.
Los árboles de sombra y los arbustos plantados muy cerca de
la casa son perjudiciales para la salud, porque impiden la libre
circulación del aire y estorban el paso de los rayos del sol. Como
resultado de esto la casa se humedece. Especialmente durante la
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estación lluviosa, los dormitorios se humedecen y los que duermen
en las camas sufren de reumatismo, de neuralgias y de afecciones
pulmonares que generalmente conducen a la tuberculosis. Cuando
hay muchos árboles, éstos arrojan muchas hojas, las que, si no se
las levanta inmediatamente, se corrompen e intoxican la atmósfera.
Un patio hermoseado con árboles bien distribuidos y con algunos
arbustos plantados a una distancia prudencial de la casa, proporciona
felicidad y gozo a la familia, y si se lo cuida en forma debida no
perjudicará la salud. Las casas, si esto es posible, deberían edificarse
en lugares altos y secos. Si se construye una casa en un lugar donde
el agua se junta alrededor de ella, y permanece durante un tiempo,
y luego se seca poco a poco, se produce un miasma tóxico cuyos
resultados serán fiebre, paludismo, mal de garganta, y enfermedades
de los pulmones.
Muchas personas han esperado que Dios las protegería de las
enfermedades únicamente porque así se lo pedían. Pero Dios no
toma en cuenta sus oraciones porque su fe no ha sido hecha perfecta
por las obras. Dios no obrará un milagro para librar de la enfermedad
a los que no tienen cuidado de sí mismos, sino que violan conti-
nuamente las leyes de la salud, y no realizan ningún esfuerzo para
impedir la enfermedad. Cuando hacemos todo lo posible por tener
salud, entonces podemos esperar resultados positivos y podemos
pedir a Dios con fe que bendiga nuestros esfuerzos realizados en