Página 67 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Nuestra seguridad contra los engaños
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entre nosotros, y los hombres hablarán según sean impulsados por
el Espíritu Santo de Dios. Pero si el Señor obrase sobre los hombres
como lo hizo en el día de Pentecostés y después de ese día, muchos
que ahora pretenden creer en la verdad conocerían tan poco de la
forma como obra el Espíritu Santo, que exclamarían: “¡Cuidado
con el fanatismo!” De los que estén henchidos por el Espíritu Santo
dirían: “Estos hombres están llenos de mosto”.
No está lejano el tiempo cuando los seres humanos necesitarán
una relación con Cristo mucho más estrecha, una unión mucho más
cercana con su Santo Espíritu, que la que han tenido o que tendrán,
a menos que depongan su voluntad y sus métodos, y se sometan
a la voluntad y los métodos de Dios. El gran pecado de los que
profesan ser cristianos es que no abren el corazón para recibir el
Espíritu Santo. Cuando las almas anhelan tener a Cristo, y procuran
unirse con él, entonces los que están contentos con una mera forma
de piedad, exclaman: “Sed cuidadosos y no vayáis a los extremos”.
Cuando los ángeles del cielo vengan entre nosotros, y obren median-
te los instrumentos humanos, entonces habrá conversiones firmes y
sustanciales, en forma parecida a las conversiones que ocurrieron
después del día de Pentecostés.
Ahora, hermanos, tened cuidado de no caer en un proceso de
excitación humana y de no crearlo. Pero si bien es cierto que de-
beríamos ser cuidadosos para no caer en un proceso de excitación
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humana, no deberíamos encontrarnos entre quienes cuestionan la
obra del Espíritu de Dios y alientan dudas con respecto a ella, porque
habrá quienes formularán objeciones y críticas cuando el Espíritu de
Dios se posesione de los seres humanos, debido a que sus propios
corazones no han sido conmovidos sino que se encuentran fríos e
insensibles.—
Carta 27, 1894
.
Necesidad de comprender la doctrina
La rebelión y la apostasía se encuentran en el aire mismo que
respiramos. Nos afectarán a menos que, mediante la fe, hagamos
depender de Cristo nuestras almas desvalidas. Si los seres humanos
se dejan descarriar con tanta facilidad, ¿qué ocurrirá cuando Satanás
personifique a Cristo y realice milagros? ¿Quiénes permanecerán
incólumes frente a sus falsedades cuando profese ser Cristo, y sea