Página 97 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Las visiones de Ana Phillips
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su contenido. Pero tal es y ha sido su obra. Hubo quienes hicie-
ron exactamente la misma cosa en la primera etapa de esta causa.
Tuvimos que enfrentar todas las fases de estas falsas revelaciones.
¿Cómo ha ocurrido, hermano mío, que Ud. ha tomado estas
comunicaciones para presentarlas al pueblo, uniéndolas con los
testimonios que Dios ha dado a la Hna. White? ¿Dónde tiene Ud.
la evidencia de que proceden de Dios? Ud. no puede ser demasiado
cuidadoso en la forma como escucha, como recibe y como cree. Ud.
no puede ser demasiado cuidadoso en la forma como habla acerca del
don de profecía, y en sus declaraciones según las cuales yo he dicho
esto y aquello con referencia a este asunto. Tales declaraciones, bien
lo sé, estimulan a hombres, mujeres y niños a pensar que poseen una
luz especial en términos de revelaciones de Dios, cuando en realidad
no han recibido tal luz. Se me ha mostrado que esto constituiría
una de las obras maestras del engaño de Satanás. Ud. está dando
a la obra un molde que requerirá un tiempo precioso y una labor
fatigadora del alma para corregir, para salvar la causa de Dios de
otro brote de fanatismo...
Mucho bien y sólo una semillita de error
¿No piensa Ud. que yo sé algo acerca de estos asuntos? A lo
largo de todo el camino que conduce a la Canaán celestial vemos a
muchas almas cuya fe ha naufragado, y en sus movimientos falsos
han hecho descarriar a otros mediante la suposición de que estaban
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guiados por Dios por medio de revelaciones especiales. He tenido
que escribir muchísimas páginas para corregir esos errores. Me
he sentido preocupada y oprimida noche tras noche, e incapaz de
dormir, debido a la angustia que mi alma experimentaba por la
heredad de Dios, su pueblo, que corre el peligro de ser descarriado.
Muchas cosas en esas visiones y sueños parecen ser correctas, y
constituyen una repetición de lo que ha estado en el campo durante
muchos años; pero pronto introducen un poquito de error aquí y otro
poquito allá, solamente una semillita que arraiga y florece, pero que
finalmente contamina a muchos.
¡Oh, cómo quisiera que tuviéramos mayor sabiduría de la que
ahora tenemos en todas las cosas! Algo que debe aprender todo obre-
ro de la viña del Señor es practicar la oración de Cristo y avanzar