Página 96 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

Basic HTML Version

10—Las visiones de Ana Phillip
No lleva la rúbrica del cielo
Se que estamos viviendo cerca del fin de la historia terrena; se
están preparando acontecimientos pavorosos. Armonizo plenamente
con su obra cuando Ud. presenta la Biblia, y la Biblia solamente,
como el fundamento de nuestra fe. Satanás es un enemigo astuto que
realizará su obra donde menos se lo espera. Tengo un mensaje para
Ud. ¿Supuso Ud. que Dios lo había comisionado para que presentara
las visiones de Ana Phillips, las leyera en público y las equiparara
con los testimonios que al Señor le ha complacido darme? No, el
Señor no le ha confiado este cometido. No le ha encargado realizar
esta obra... No rebaje la obra mezclándola con producciones de las
cuales no posee una evidencia positiva de que proceden del Señor
de la vida y la gloria...
Estimado hermano, quisiera presentarle algunas cosas relacio-
nadas con los peligros que amenazan a la obra en este tiempo. La
obra de Ana Phillips no lleva la rúbrica del cielo. Sé de qué estoy
hablando. En nuestra experiencia en los comienzos de esta causa
[98]
tuvimos que enfrentar manifestaciones similares. Se dieron muchas
revelaciones tales, y tuvimos que realizar una obra muy desagrada-
ble para hacer frente a esta situación y para no darle lugar. Algunas
cosas declaradas en estas revelaciones se cumplieron, y esto indujo
a algunos a aceptarlas como genuinas...
Dios no ha llamado a Ana Phillips para que siga en la misma
dirección de los testimonios que él ha dado a su pueblo, y que repita
En 1893, Ana Phillips, una joven que residía en Battle Creek, fue inducida a creer
que sus impresiones anímicas y sus sueños constituían insinuaciones del espíritu de Dios.
Se sintió estimulada en su obra Cuando sus así llamados testimonios, colocados en las
manos de un dirigente, fueron leídos por él ante la iglesia de Battle Creek como si se tratara
de comunicaciones inspiradas divinamente. Este obrero recibió a la mañana siguiente
el mensaje que presentamos aquí. Cuando Ana Phillips oyó su lectura, comprendió y
reconoció el engaño, rechazó su obra pasada, y llegó a ser una obrera bíblica fructífera y
confiable al servicio de la iglesia.—
los compiladores
.
92