Página 119 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Miremos a Jesús
En la visión que se me dio el 12 de junio de 1868, se me mostró el
peligro que encara el pueblo de Dios cuando mira a los Hnos. White
y cree que deben acudir adonde ellos están para llevarles sus cargas
y pedirles consejo. Esto no debe ser así. El compasivo y amante
Salvador los invita a acudir a él cuando están trabajados y cansados, y
los hará descansar. En él hallarán reposo. Al llevar sus perplejidades
y problemas a Jesús, verificarán el cumplimiento de las promesas
con respecto a ellos. Cuando en su angustia experimentan el alivio
que se encuentra sólo en Jesús, obtienen una experiencia del más alto
valor. Los Hnos. White están luchando para lograr pureza de vida,
para dar fruto de santidad; no obstante, son sólo mortales sujetos a
error. Muchos nos preguntan: “¿Puedo hacer esto?” “¿Debo hacer
o no este negocio?” O, con respecto a la ropa: “¿Puedo usar este
vestido o el otro?” Les respondo: “Ustedes pretenden ser discípulos
de Cristo. Estudien la Biblia. Lean cuidadosamente y con oración la
vida de nuestro querido Salvador cuando moró entre los hombres
sobre la tierra. Imiten su vida y así no se apartarán de la senda
estrecha. Rehusamos enfáticamente ser conciencia para ustedes. Si
les dijéramos exactamente lo que tienen que hacer, nos mirarían para
que los condujéramos, en lugar de acudir directamente a Jesús por sí
mismos. La experiencia de ustedes se basaría en la nuestra. Ustedes
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deben tener una experiencia propia, basada en Dios. Entonces podrán
permanecer en pie en medio de los peligros de los últimos días, y ser
purificados, y no consumidos por el fuego de la aflicción por el cual
tienen que pasar todos los santos para que sus caracteres queden
libres de impurezas como preparación para recibir el toque final de
la inmortalidad.
Muchos de nuestros queridos hermanos y hermanas creen que
no pueden celebrar una reunión importante a menos que asistan los
Hnos. White. En algunos lugares se dan cuenta de que hay que hacer
algo para mover a la gente a una acción más ferviente y decidida en
la causa de la verdad. Han tenido pastores que han trabajado entre
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