Página 158 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
la enfermedad y la adversidad el Señor nos quitará mucho más de lo
que hemos obtenido explotando a los pobres. Un Dios justo evalúa
exactamente todos nuestros motivos y actos.
Se me mostró el caso del Hno. L y su esposa. El amor al mundo
ha corroído de tal manera la verdadera piedad, y ha anublado de
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tal forma las facultades de sus mentes, que la verdad no ha podido
ejercer una influencia transformadora sobre sus vidas y sus carac-
teres. El amor al mundo ha cerrado sus corazones a la compasión
y a la consideración de las necesidades de los demás; su actitud
los ha separado de Dios. Hermano, hermana: Tienen una obra que
hacer para salir de debajo de la basura del mundo; necesitan hacer
esfuerzos fervientes para vencer su amor al mundo, su egoísmo y
su mezquindad. Son pecados que están acarreando maldición al
pueblo de Dios. Se me mostró la comunidad donde vivían uste-
des antes de trasladarse a _____. Eran tacaños y exigentes en sus
transacciones allí, y se aprovechaban del prójimo todas las veces
que podían hacerlo. Traté de buscar en las vidas de ustedes algunos
actos caracterizados por la abnegación y la generosidad, y no los
pude encontrar: eran tan raros. Su luz iluminó a los demás de tal
manera que se sintieron disgustados con ustedes y con la fe que
profesaban. La verdad ha sido despreciada allí por la mezquindad
y el carácter doloso de sus transacciones comerciales. Quiera Dios
ayudarles a verlo todo como él lo ve, y a odiar el mal como él lo
hace. Así alumbre la luz de ustedes sobre los demás, de manera que
al ver sus buenas obras se sientan inducidos a glorificar a nuestro
Padre que está en los cielos. A Dios le ha desagradado la conducta
de ustedes, porque ha llevado la marca del interés propio. Continúa
su desagrado por ella, y tendrán que vérselas con él en el juicio, a
menos que se desembaracen de esa actitud mezquina, y traten de
que la verdad los santifique. La fe sola, sin obras, es muerta. La fe
nunca los salvará a menos que esté respaldada por las obras. Dios
requiere que ustedes sean “ricos en buenas obras, dadivosos, gene-
rosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que
echen mano de la vida eterna”.
1 Timoteo 6:18-19
.
Se me mostró que habían oprimido a sus empleados mediante
los salarios que les habían pagado. Se aprovecharon de las circuns-
tancias y obtuvieron beneficios pagando el salario más bajo posible.
Esto ha disgustado a Dios. Deberían haber pagado generosamente a