Página 181 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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El orgullo en los jóvenes
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a las risas y burlas de sus compañeros por causa de la liviandad de
su conducta.
Usted podría ejercer una buena influencia en _____, y podría
honrar a su Redentor. Pero en lugar de eso se convirtió en el hazme-
rreír de vendedores adulones y de jóvenes imberbes. Muchos se han
dado cuenta de esta conducta inconveniente, y los que han notado
sus inconsecuencias, aunque sean incrédulos y pretendan respetarla,
en sus corazones la desprecian. Usted está siguiendo las pisadas de
S, y a menos que sus padres se despierten y abran los ojos y vean
su insensatez, compartirán su culpa. El pecado reposa sobre ellos y
sobre sus hermanas por la conducta que han seguido al promover su
orgullo y adular su vanidad. Si usted y sus hermanas fueran salvas,
se darían cuenta de la condición peligrosa en que se encuentran los
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que no gozan de salvación. Llegará el día -a menos que se produzca
un gran cambio en ustedes- cuando escucharán estas palabras de
muchos labios: “Yo me relacioné con estos cristianos, pero nunca me
hablaron del peligro en que me encontraba. Nunca me advirtieron
de nada. Yo pensé que si me hallaba en peligro de perderme, no
descansarían ni de día ni de noche hasta despertarme para que viera
mi condición perdida. Ahora estoy perdido. Si yo hubiera estado
en su lugar y hubiera visto a alguien en una situación similar, no
habría descansado hasta que se diera cuenta de su condición, y hasta
señalarles al Unico que podía salvarlos. Habéis sido buenos y com-
placientes servidores de Satanás mientras profesábais ser siervos de
Cristo”.
Hna. O: usted se ha sentido tan exaltada por la estima que tenía de
sí misma, que no ha logrado tener una idea exacta de la opinión que
los que la observan tenían en realidad de su carácter superficial. La
consideran coqueta, y usted ciertamente se ha ganado esa reputación.
Habría sido mucho más provechoso si hubiera prestado atención a
la exhortación del apóstol: “Vuestro atavío no sea el externo..., sino
el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu
afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”.
1 Pedro
3:3-4
.
Los padres de ustedes han fallado muchísimo en la educación de
sus hijos. Han permitido que quedaran exentos de responsabilidades
que era de suma importancia que asumieran. Puesto que decidieron
agradarse a sí mismos, se les permitió quedarse en la cama para