Página 219 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Advertencias a la iglesia
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gana. En lo más íntimo de su alma necesita conversión. Todos los
que como usted, mi hermano, han dejado de crecer en la gracia de
Dios, y de perfeccionar la santidad en su nombre, sufrirán grandes
pérdidas en estos días de peligros y pruebas. Se descubrirá que su
fundamento es arena movediza y no la roca Cristo Jesús.
Usted obra por impulso. Está enojado con sus hermanos porque
no lo enviaron a predicar la verdad. No está en condiciones de recibir
este cometido. Se necesitará que más de un predicador eficiente re-
corra su estela para vendar las heridas y contusiones que producirán
sus modales ásperos. Dios no se siente complacido con usted, y
temo que pierda la vida eterna. No tiene tiempo que perder. Haga
esfuerzos ímprobos para liberarse de la trampa de Satanás. Tiene que
aprender de Jesús, que es manso y humilde de corazón, y entonces
hallará descanso. ¡Oh, qué obra tiene que hacer usted para perfec-
cionar la santificación en el temor de Dios, a fin de estar preparado
para gozar de la compañía de los ángeles puros y santos! Necesita
humillar su corazón delante de Dios, y procurar mansedumbre y
justicia, para que sea guardado en el día de la ira del Señor.
Hno. B: el Señor derramó su bendición sobre usted durante la
primavera pasada; pero usted no percibió la relación que existe entre
la vigilancia y la oración, y el progreso en la vida divina. Descuidó
esos deberes, y el resultado ha sido que las tinieblas lo han envuelto.
Se ha mantenido en un estado de incertidumbre y desconfianza, y con
frecuencia ha elegido la compañía de los que usa Satanás para apartar
de Cristo. Podría vivir entre los más corrompidos, y permanecer sin
mancha y sin contaminación, si Dios en su providencia lo dirigiera
de ese modo. Pero es peligroso para los que desean honrar a Dios
encontrar placer y entretenimiento en la compañía de los que no lo
temen. Satanás siempre envuelve a los tales en espesas tinieblas;
y si los que profesan seguir a Cristo se introducen en ellas sin que
se los llame, tientan al diablo a que los tiente. Si para hacer el
bien y glorificar su nombre el Señor nos pide que vayamos entre
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espíritus infernales, donde se encuentran las tinieblas más oscuras,
nos rodeará con sus ángeles y nos mantendrá incontaminados. Pero
si buscamos la compañía de los pecadores, y nos complacemos
en sus burdos chistes, y nos entretenemos y nos divertimos con
sus historias, deportes y obscenidades, los ángeles puros y santos