Página 239 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Siervos de Mammón
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He perdido mi alma. La vendí por dinero. Jugué mi cuerpo y mi
alma para obtener ganancias. Sacrifiqué el Cielo por temor a tener
que sacrificar mi dinero para obtenerlo”. Y del Maestro escuchará
estas palabras: “Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera”.
Mateo 25:30
. Esperamos que éste no sea su destino. Esperamos que
traslade su tesoro al Cielo, como asimismo sus afectos, y que los
afiance en Dios y en el tesoro inmortal.
Vi que toda la familia estaba en peligro de participar, en cierto
modo, de la actitud del padre. Hna. I: usted ya ha participado de ese
espíritu. Quiera Dios ayudarle a ver esto, y a efectuar un cambio
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total. Cultive el amor al bienhacer; trate de ser rica en buenas obras.
En muchos aspectos usted puede hacer más de lo que está haciendo.
Tiene una responsabilidad individual delante de Dios. Tiene un deber
que cumplir, del cual no puede desembarazarse. Camine muy cerca
de Dios; ore sin cesar. Va a tener que trabajar muchísimo si va a
salvar su alma. Trate de ejercer una influencia que contrarreste el mal
en el seno de su familia. Manténgase noblemente de parte de Dios.
Su carácter es distinto del de su esposo, y será condenada por Dios a
menos que obre por sí misma. Lleve a cabo una obra diligente para
salvar su propia alma, y ejerza influencia para salvar a su familia.
Muestre por su ejemplo que su tesoro está en el Cielo, que lo ha
invertido todo en un hogar y en una vida mejores, que son eternos.
Eduque su mente para que pueda valorar las cosas celestiales, para
elevarse, para amar a Dios, y para manifestar una obediencia bien
dispuesta a la voluntad de Dios.
Usted puede ser sometida a prueba, para ver cuán fuerte es su
afecto por las cosas de este mundo. Es posible que se le dé a com-
prender una página de su corazón que desconocía. Dios conoce sus
pruebas sobre todo al considerar la situación de su esposo y de sus
hijos, a quienes les falta la fe salvadora. Mucho más depende de
usted de lo que se imagina. Debe revestirse de la armadura. No gaste
sus preciosas fuerzas haciendo un trabajo agotador que otros pueden
hacer. Anime a su hija a ocuparse en algún empleo útil, y a que le
ayude a llevar las cargas de la vida. Esa niña necesita disciplina. Su
mente está vacía. Necesita dedicar todo a Dios; entonces será útil a
su Redentor y lo complacerá.
Hermana mía: Trabaje menos, y ore y medite más. Los intereses
externos deberían tener prioridad para usted. Dios no quiere que sus