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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
para ayudar a la causa de la verdad presente. Ha sido consciente de
la manifestación del orgullo, la ostentación y la vanidad en _____,
y ha decidido que su ejemplo no prestaría apoyo al orgullo y la
extravagancia. En el esfuerzo hecho para lograr esto, su pecado ha
sido tan grande como el de los otros.
Ha fallado grandemente en su experiencia religiosa. Se ha puesto
a un lado como espectador, para observar las deficiencias y fallas
de los demás, y para alabarse a sí mismo porque veía errores en los
otros. Ha sido cuidadoso y recto en sus transacciones comerciales,
y al observar que ha habido deshonestidad en otros que hacen gran
profesión de fe, contrastó esos errores con sus propios principios con
respecto a este asunto, y dijo en su corazón: “Soy mejor que ellos”,
mientras que al mismo tiempo se estaba ubicando a un costado de la
iglesia, para observar y encontrar faltas, sin hacer nada ni ponerse de
parte del Señor para remediar el mal. Tuvo una norma para medir a
los demás. Si no alcanzaban su ideal, dejaba de simpatizar con ellos,
y se llenaba de un sentimiento de complacencia propia.
Ha sido exigente en su experiencia religiosa. Si Dios lo hubiera
tratado como a usted le hubiera gustado tratar a los miembros de
la iglesia que suponía estaban en el error, y como trató a su pro-
pia familia, su condición sería lamentable, por cierto. Pero el Dios
misericordioso, tierno y piadoso, cuya bondad es invariable, lo ha
perdonado, y no lo ha rechazado ni lo ha dejado a un lado por sus
transgresiones, sus numerosos errores y sus apostasías. ¡Oh, no! Lo
sigue amando.
¿Ha considerado usted realmente que “con la medida que medís
os será medido”?
Mateo 7:2
. Usted vio orgullo, vanidad y amor al
mundo en algunos que pretendían ser cristianos en _____. Esto es
sumamente lamentable; y porque se tolera esa actitud, los ángeles
se entristecen. Los que siguen el ejemplo de los que carecen de
consagración están ejerciendo una influencia que aleja de Cristo,
y están acumulando en sus vestimentas la sangre de las almas. Si
continúan en la misma conducta, perderán sus almas, y algún día
sabrán lo que es sentir el peso terrible de las otras almas que fueron
desviadas por su falta de consagración, mientras profesaban estar
gobernados por principios religiosos.
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Tiene toda la razón del mundo para estar contristado por el
orgullo y la falta de sencillez de los que profesan cosas mejores.