Página 263 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

Basic HTML Version

Una carta de cumpleaños
259
pasajero fue todo lo que dedicaron a Dios. ¿Serán los tales trans-
formados después que se haya pronunciado la decisión final: “El
santo sea santificado todavía, y el que es sucio, ensúciese todavía”?
Apocalipsis 22:11
. Ese tiempo se está acercando.
Los que han educado su mente en el deleite de los ejercicios
espirituales, son los que pueden ser trasladados sin que los abrume
la pureza y la gloria trascendental del Cielo. Puedes tener un vasto
conocimiento de las artes, puedes estar familiarizado con las cien-
cias, puedes sobresalir en música y caligrafía, pueden agradar tus
modales a los que te tratan, pero ¿qué tienen que ver estas cosas con
una preparación para el Cielo? ¿Te preparan para subsistir delante
del tribunal de Dios?
No te engañes. Dios no puede ser burlado. Nada que no sea la
santidad te preparará para el Cielo. Es la piedad sincera y experimen-
tal lo único que puede darte un carácter puro y elevado, y habilitarte
para entrar en la presencia de Dios, quien mora en luz inaccesible.
Esta tierra es el único lugar donde debemos adquirir el carácter ce-
lestial. Por lo tanto, comienza en seguida. Y no te lisonjees de que
llegará el tiempo en que podrás con más facilidad que ahora hacer
un esfuerzo ferviente. Cada día te distancias más de Dios. Prepárate
para la eternidad con un celo que no has manifestado todavía. Educa
la mente para amar la Biblia, amar la reunión de oración, amar la
[242]
hora de meditación, y sobre todo, la hora en la cual el alma comulga
con Dios. Adquiere la mentalidad del Cielo si quieres unirte con el
coro celestial en las mansiones divinas.
Hoy empieza un nuevo año de tu vida. Una nueva página ha sido
abierta en el libro por el ángel registrador. ¿Qué se anotará en sus
columnas? ¿Quedarán manchadas con la negligencia espiritual, con
deberes que no fueron cumplidos? No lo permita Dios. Sean anota-
das allí cosas de las que no te avergüences cuando sean reveladas a
las miradas de los hombres y de los ángeles.
Greenville, Míchigan,
27 de julio de 1868.
* * * * *