Página 304 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
sencilla sus bendiciones. Confía en Dios, y trata de obrar sobre
la base de los principios, fortalecido y ennoblecido por elevadas
resoluciones, y por una determinación de propósito que sólo se
encuentra en Dios.
No te deberías irritar con facilidad. No permitas que tu cora-
zón se vuelva egoísta; por lo contrario, procura que se expanda en
amor. Tienes una obra que hacer que no debes descuidar. Soporta
las penurias como buen soldado. Jesús conoce todo conflicto, toda
prueba y todo espasmo provocado por la angustia. Te va a ayudar;
porque fue tentado en todo como nosotros, pero no cayó en pecado.
Acude a él, querido muchacho, con tus preocupaciones. No hagas
de nadie tu confidente, no le hables a nadie de tus dificultades fuera
de nosotros. Haz de Jesús el Portador de tus cargas, y trata de tener
una experiencia más completa en materia religiosa. Quiera Dios
ayudarte y bendecirte, es mi sincera oración.
Los huérfanos despiertan en mí las más tiernas simpatías. Por
supuesto, tú no tienes hogar. La tumba se llevó a tu padre y a tu
madre, y el hogar de tu infancia está habitado por otras personas.
No recuerdas tan definidamente a tu piadoso padre como a tu madre.
Recuerdas que a veces la apenabas. No habías aprendido a ser
sumiso; habías aprendido parcialmente la lección. Pero las oraciones
de tus padres, en el sentido de que te encontraras entre los que aman
y temen a Dios, han hallado cabida en el Cielo.
¡Oh, éste es un mundo frío y egoísta! Tus parientes, que deberían
haberte amado y cultivado tu amistad, por causa de tus padres si no
por la propia, se han encerrado en su egoísmo, y no tienen ningún
interés especial por ti. Pero Dios estará más cerca de ti, y te resultará
más caro que cualquiera de tus parientes terrenales. Será tu Amigo, y
nunca te abandonará. El es padre para los huérfanos. Su amistad será
dulce paz para ti, y te ayudará a soportar con fortaleza la tremenda
pérdida que has experimentado. Trata de que Dios sea tu padre, y
nunca vas a necesitar un amigo. Estarás expuesto a pruebas, pero
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sé firme, y lucha para embellecer tu profesión de fe. Necesitarás
gracia para prevalecer, pero el ojo piadoso de Dios estará sobre
ti. Ora mucho y fervorosamente, creyendo que Dios te ayudará.
Guárdate de la irritabilidad y la petulancia, y de una actitud que
provoque envidia. La tolerancia es una virtud que tienes que cultivar.