Página 307 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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El miembro rebelde
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La obra de reforma debe comenzar con usted. Su conversación
debe llegar a ser casta; debe convertirse en una dueña de casa que
ame los deberes domésticos, que ame a su esposo y a su hijo. Debe
aprender a economizar su tiempo de manera que no le exija dema-
siado a sus fuerzas. Los livianos deberes hogareños que tiene que
llevar a cabo puede hacerlos sin fatigarse si ejerce perseverancia y
una diligencia adecuada. Pero tiene una obra que hacer en el sentido
de controlar su lengua. Es un miembro pequeño que se vanagloría
de grandes cosas; pero necesita de la rienda de la gracia y del freno
del dominio propio para que no se vaya por donde le da la gana. Su
conversación es de bajo nivel y usted se entrega a la charla barata.
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea
buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”.
Efesios 4:29
.
Quiera Dios convencerla de estas cosas a medida que lee estas
líneas. Le ruego que asuma la humilde dignidad de mujer y madre.
Hay una responsabilidad que descansa sobre el padre. Los esfuerzos
necesarios para dominar a su hijo deben ser unidos; este muchacho
está avanzando con rapidez por el camino de la perdición. Usted
debería procurar fervorosamente el adorno interior, el ornamento de
un espíritu humilde y sencillo, que es de gran precio a la vista de
Dios. Con paciencia, gracia y dulce humildad debería enseñar a su
pobre hijo engañado los primeros principios del cristianismo, y de
la verdadera urbanidad, es decir, de la cortesía cristiana. A menudo
usted es apresurada y borras cosa. ¡Oh, qué importante es que usted
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se dé cuenta de la obra que se debe hacer por usted misma antes que
sea para siempre demasiado tarde! Jesús la invita ahora a acudir a él,
que es manso y humilde de corazón. Le ha prometido con seguridad
que en él va a encontrar descanso. Tiene una gran obra que hacer.
No engañéis vuestras propias almas; por lo contrario, examinaos a
la luz de la eternidad. Es imposible que seáis salvos así como estáis.
Hna. S: su esposo podría ser de cierta ayuda en la iglesia si la
influencia suya fuera lo que debería ser. Pero su ejemplo y su influjo
lo descalifican para que él a su vez ejerza un ascendiente significante
sobre la iglesia. Las influencias negativas del hogar sobrepujan sus
esfuerzos por hacer el bien. Usted está totalmente descalificada para
ser la esposa de un anciano de iglesia. Dios le pide que se reforme.