Página 313 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Una actitud egoísta y dictatorial
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No se preocupe de sí mismo. Venza sus prejuicios, sus pequeñas
peculiaridades, y trate solamente de representar a Jesús. Cuando
hable u ore en la reunión, no se extienda demasiado. Ha fallado en
esto. Lo puede remediar. Los discursos y las oraciones largos son
perjudiciales para usted, y no benefician a los oyentes. Va a tener que
trabajar tenazmente para vencer. Pero puede lograrlo si se dedica
a la obra con calma. En esto tiene que cuidarse. Usted es inquieto,
apresurado, nervioso. También puede vencer estas cosas.
Usted desea honesta y ansiosamente hacer lo correcto y con-
seguir la aprobación de Dios. Prosiga con sus esfuerzos fervientes
y perseverantes, y no se desanime. Sea paciente. Nunca censure a
nadie. No permita nunca que el enemigo lo aparte de su actitud de
vigilancia. Vele y ore también. Después de orar, siga velando. Este
esfuerzo es suyo; nadie lo puede hacer por usted. Aférrese de la
fortaleza de Dios, y tan pronto como vea los errores que ha cometido
en el pasado, redima el tiempo.
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