Página 349 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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La temperancia cristiana
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que, sin mirar a su bienestar futuro, les dais alimentos malsanos,
estimulantes e irritantes?
Permitidme deciros que los niños se inclinan al mal. Satanás
parece dominarlos. Se posesiona de sus mentes juveniles y son
corrompidos. ¿Por qué obran los padres y las madres como si es-
tuviesen aletargados? No sospechan que Satanás está sembrando
mala semilla en sus familias. Son ciegos, negligentes y temerarios
hasta el colmo en estas cosas. ¿Por qué no despiertan y se dedican a
leer y estudiar estos asuntos? Dice el apóstol: “Mostrad en vuestra
fe virtud, y en la virtud ciencia; y en la ciencia templanza, y en
la templanza paciencia”, etc.
2 Pedro 1:5-6
. Esta es una obra que
incumbe a todos los que profesan seguir a Cristo; consiste en vivir
de acuerdo con el plan divino de la adición.
Se me ha revelado capítulo tras capítulo. Puedo señalar en esta
casa a niños de muchas familias, cada uno de los cuales es tan co-
rrupto como el mismo infierno. Algunos profesan ser seguidores de
Cristo, y vosotros sus padres, sois tan indiferentes como si hubierais
sufrido un ataque de parálisis.
He dicho que algunos de vosotros sois egoístas. No habéis com-
prendido lo que quise decir. Habéis estudiado qué tipo de comida
tendría mejor sabor. Han prevalecido el gusto y el placer, en lugar de
la gloria de Dios y el deseo de avanzar en la vida divina y de perfec-
cionar la santidad en el temor de Dios. Habéis consultado vuestro
propio placer, vuestro propio apetito; y mientras lo hacíais, Sata-
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nás ganaba terreno y, como generalmente sucede, frustraba vuestros
esfuerzos en cada ocasión.
Algunos de vosotros, padres, habéis llevado a vuestros hijos al
médico para saber qué les pasaba. Yo podría haberos dicho en dos
minutos cuál era el problema. Vuestros hijos están corrompidos. Sa-
tanás ha logrado controlarlos. Se ha introducido pasando por delante
de vosotros, que sois como Dios para ellos, para guardarlos, mientras
estabais tranquilos, atontados y dormidos. Dios os ha mandado que
los forméis en el temor y la educación del Señor. Pero Satanás ha
pasado por delante de vosotros y ha levantado barreras a su alrede-
dor. Y sin embargo seguís durmiendo. Que el Cielo se compadezca
de vosotros y vuestros hijos, pues necesitáis su compasión.
Si hubieseis aceptado la reforma pro salud; si hubieseis añadido
a vuestra fe virtud, a la virtud ciencia, y a la ciencia templanza, las