Página 35 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

Basic HTML Version

Trabajando por Cristo
31
Despertaos, hermanos y hermanas. No os asustéis de las bue-
nas obras. “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su
tiempo segaremos, si no desmayamos”.
Gálatas 6:9
. No esperéis
a que se os indique cuál es vuestro deber. Abrid vuestros ojos, y
observad a los que os rodean; relacionaos con los desamparados,
afligidos y necesitados. No os ocultéis de ellos, ni tratéis de ignorar
sus necesidades. ¿Quién presenta las características mencionadas
por Santiago, y posee una religión pura, sin mancha de egoísmo o
corrupción? ¿Quiénes están ansiosos de hacer todo lo posible para
colaborar con el gran plan de salvación?
Conozco una viuda que tiene que sostener dos hijos pequeños,
y que para ello depende únicamente de su aguja. Se ve pálida y
abrumada por las preocupaciones. A lo largo del duro invierno ha
luchado para sostenerse con sus hijos. Ha recibido algo de ayuda,
pero, ¿quién podría creer que le llegaría a faltar algo si manifestara
más interés en este caso? Allí están sus dos hijos, de nueve y once
años, que necesitan hogares. ¿Quiénes están dispuestos a proporcio-
narles hogares por amor a Cristo? La madre debería recibir alivio
de esta preocupación y del confinamiento que implica trabajar en la
costura. Estos niños viven en una aldea, y la única que los cuida es
su madre, abrumada de cansancio. Necesitan que alguien les enseñe
a trabajar, en la medida de sus posibilidades. Necesitan que alguien
los instruya con paciencia, amabilidad y amor. Alguien podría decir:
“¡Ah, sí! Yo los voy a recibir y les voy a enseñar a trabajar”. Pero los
[29]
tales no deben perder de vista el hecho de que estos chicos necesitan
otras cosas además de eso. Necesitan recibir instrucción para que
puedan desarrollar buenos caracteres cristianos. Necesitan amor y
afecto; necesitan que se los prepare para ser útiles aquí, y finalmente
para que puedan llegar al Cielo. Despojaos del egoísmo, y ved si
no hay muchos a quienes podéis ayudar y bendecir con vuestros
hogares, simpatía y amor, conduciéndolos al Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo. ¿Queréis hacer algún sacrificio para
salvar almas? Jesús, el amado Salvador, está preparando un hogar
para vosotros; y ¿por qué vosotros, a vuestra vez, no preparáis un
hogar para los que lo necesitan, y al hacerlo imitáis el ejemplo del
Maestro? Si no estáis dispuestos a hacerlo, cuando necesitéis una
habitación en los cielos, no tendréis ninguna. Porque Cristo dice:
“Cuando no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí