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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
claros y mentes sanas en un cuerpo sano. Debemos empezar a tra-
bajar seriamente por nuestros hijos, por cada miembro de nuestras
familias. ¿Echaremos mano de esta obra y trabajaremos basados en
lo correcto? ¿Cómo podremos prepararnos para la inmortalidad? El
Señor nos ayude, a fin de que podamos comenzar a trabajar aquí
como nunca antes.
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Hemos hablado de tener una serie de reuniones en este lugar,
y de dedicarnos a trabajar por los demás. Pero no nos atrevemos a
apoyaros. Queremos que comencéis esta obra de reforma en vues-
tros propios hogares. Queremos que los que han estado inactivos
se levanten. Debéis comenzar a trabajar. Y cuando veamos que ha-
béis comenzado a trabajar por vosotros mismos vendremos y os
apoyaremos. Esperamos reformar a vuestros hijos, para que puedan
convertirse a Cristo, y para que el espíritu de reforma pueda cundir
en vuestro medio. Pero cuando al parecer estáis doblemente muertos,
y listos para ser arrancados de raíz, no nos atrevemos a emprender
la obra. Preferimos ir a una congregación no creyente donde hay
corazones listos para recibir la verdad; y anhelamos estar donde
podamos hablarles. ¿Nos ayudaréis yendo a trabajar por vosotros
mismos?
Quiera el Señor ayudaros a experimentar lo que nunca habéis
experimentado antes. Quiera ayudaros a morir al yo, para que el
espíritu de la reforma penetre en vuestros hogares, de modo que los
ángeles de Dios puedan estar en medio de vosotros para ministrar
en vuestro favor, y podáis estar capacitados para ir al cielo.
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