Página 38 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
estos niños destituidos; criadlos en mi lugar, y recibiréis vuestro
salario”. He visto mucho egoísmo manifestado en estos casos. A
menos que haya alguna evidencia especial de que
ellos mismos
se
van a beneficiar si adoptan en el seno de sus familias a los que
necesitan hogares, algunos se apartan y responden: No. Parece que
no saben si los tales se salvarán o se perderán, ni les preocupa
tampoco. Eso, según creen, no es asunto de ellos. Con Caín dicen:
“¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?”
Génesis 4:9
. No están
dispuestos a incomodarse ni a hacer ningún sacrificio en favor de los
huérfanos, y con indiferencia los arrojan en los brazos del mundo que
a veces está más dispuesto a recibirlos que los profesos cristianos.
En el día de Dios, aquellos a quienes el Cielo dio la oportunidad
de salvar tendrán que rendir cuenta. Pero prefirieron excusarse y no
estuvieron dispuestos a dedicarse a esta buena obra a menos que les
reportara algún beneficio. Se me ha mostrado que los que rehusan
estas oportunidades de hacer el bien, escucharán estas palabras de
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labios de Jesús: “Cuando no lo hicisteis a uno de estos más pequeños,
tampoco a mí lo hicisteis”.
Mateo 25:45
. Os ruego que leáis el
capítulo 58 de Isaías:
“¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su
alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de
ceniza? ¿Llamaréis a esto ayuno, y día agradable a Jehová? ¿No es
más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad,
soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados,
y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el ham-
briento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas
al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces
nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e
irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí.
Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar
vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares el alma afligida,
en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.
Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará
vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial
de aguas, cuyas aguas nunca faltan”.
vers. 5-11
.
Esta es la obra especial que tenemos ahora delante de nosotros.
Todas nuestras oraciones y todos nuestros ayunos no lograrán nada,