Página 388 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
Trátelos con decisión, pero paciente, amante y compasivamente,
como Jesús lo ha tratado a usted. Sea cuidadoso en cuanto a cómo
censura. Tenga paciencia con sus hijos, no obstante póngales límites.
Usted ha descuidado esto demasiado. No los ha corregido del modo
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correcto, al no tener un control perfecto de su propio carácter. Debe
hacerse una gran obra en favor de ambos.
Hermano G, si usted hubiera avanzado lenta pero constantemente
según sus fuerzas, de acuerdo con la luz que el Señor ha dado, él lo
hubiera elegido como instrumento de justicia. Usted tiene talentos;
tiene habilidad; puede trabajar para la gloria de Dios; pero no se
ha rendido completamente al Señor. ¡Oh, si sólo ahora buscara la
mansedumbre, la justicia de Cristo, para que pudiera estar protegido
en el día de la tremenda ira del Señor!
Mis queridos hermano y hermana, debierais empeñaros conjunta
y perseverantemente en enmendar la mala conducción de vuestros
hijos. La hermana G ha sido demasiado indulgente; no obstante,
unidos y con amor podéis hacer mucho, aun ahora, para sujetar a
vuestros hijos a vuestros corazones e instruirlos en la senda bue-
na y justa. Tenéis la tarea de poner vuestros propios corazones y
vuestra casa en orden. Debierais fomentar una acción armoniosa. La
influencia transformadora del Espíritu de Dios puede hacer una gran
obra en favor de ambos, y unirá vuestros corazones y esfuerzos en
la obra de reforma en vuestra propia familia. Debieran cesar todo
descontento, quejas e impaciente irritabilidad. Sus efectos han de
debilitarlos a ambos y han de destruir la influencia que debéis ejercer
si instruis exitosamente a vuestros hijos para el Cielo.
Satanás ha ocupado el campo de batalla. Vuestros pobres hijos
son sus cautivos; tiene el control de sus mentes y los está degradan-
do. Sus facultades morales parecen estar paralizadas. Han practicado
la masturbación y se han gloriado en sus iniquidades. Esta clase
de muchachos son capaces de envenenar a todo un vecindario o
comunidad, y su influencia perniciosa pondrá en peligro a todos los
que estén en contacto con ellos en la escuela. Vuestros hijos son co-
rruptos de cuerpo y mente. El vicio ha dejado sus marcas en vuestros
hijos mayores. Están manchados, profundamente manchados por
el pecado. Los instintos animales dominan mientras las facultades
morales e intelectuales son débiles. Las pasiones más bajas se han
fortalecido por el ejercicio, mientras la conciencia se ha endurecido